¡Qué calor!

Nerviosos, gritones, chorreando cada vez que se acercan a la fuente, con un dedo encima del pitorro, mirando con el rabilo del ojo por si viene. ¡Que viene! ¡Que viene!

-Estoy suando. Toca, toca, seño,

- Señooooooo, que me está pegandooo.

- Yo quiero ir contigo seño

- Señoooooo, ¡que el Antonio me ha dao un bocao!

- ¿A que estáis jugando?

Se acerca Antonio, un dedo en alto haciendo gestos de que no, que no, que yo no he sido

- Es que no quiere jugar conmigo

- ¿Pero tú se lo has preguntado, así, con palabras?

-¿Puedo jugar contigo?

-Sí

- Dile que no te muerda.

- ¡No me muerdas que no me usta!

Ni media palabra más.

-Señooo me ha picado un mosquito.

-¡Nicooooo, deja ya la fuente!

-¡Dimasssss, así no, que os hacéis daño!

Malditos mosquitos, nos están comiendo. Ni repelente ni nada. ¡Que debemos estar muy buenas! 35 grados a la sombra.

-Seño, tengo calor.

-Seño, te quiero mucho

-Seño, ¿cuándo nos vamos?

-Seño ¿vamos a ensayar?

-Seño, ¿cuándo vas a venir a mi casa?

- Ponme barrita, que me he caído.

-Yo también, aquí

-Y yo

-Y yo

- ¡Nos van a llamar la clase de los chichones!- Se ríen pero siguen señalando donde quieren el bálsamo. 

Antonio me mira con cara de velocidad haciendo la moto

-Brrrn, brrrrn, brrrrn

- Venga: ¡Preparados, listos, yaaaaa!

Sale a toda velocidad, el pelo pegado del sudor, rojo como una amapola.
-Hasta la valla, no seas tramposo, que te veo.- al minuto ya está pidiendo otra vez que le dé la salida

Intentamos hablar un rato de lo que sea pero es difícil mantener una pequeña conversación.

Se ríen, se mojan, corren, saltan, juegan, suplican miradas, complicidad, te peleas con ellos, te vuelves a pelear... Ya casi ha llegado el verano. A pesar de todo les echaré de menos cuando lleguen las vacaciones