tag:blogger.com,1999:blog-87217658283792347732024-03-17T11:52:03.115+01:00san juan de villanaranjaSu señoría la Marquesa de la Empanada
Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.comBlogger445125tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-81429226531799328992024-03-15T17:53:00.002+01:002024-03-15T18:43:50.411+01:00Con ojos grandes <p> A veces me gustaría vivir durante un rato en el interior de otra persona. En su cerebro, en todo su cuerpo a la vez. Saber lo que siente, dónde, lo que ve, cómo capta la luz, la sombra, el color, la forma, las proporciones, lo que entiende, lo que odia o disfruta otro.</p><p>Qué siente un músico cuando interpreta a otro, o cuando compone?</p><p>Qué sienten los que aman a los animales cuando los tienen cerca? </p><p>Qué los que saborean con adicción </p><p>Vivir la seguridad frente a lo que tú te sientes inseguro y la inestabilidad frente a lo que normalmente te equilibra.</p><p>Ser otro y otro y otro y luego ser tú misma de nuevo </p><p>Y serlo y vivirlo con ojos grandes y corazón abierto. </p><p><br /></p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-71575752769687111272024-02-29T16:37:00.003+01:002024-02-29T16:37:37.051+01:00¿Cómo si no?<p>También a él le duele. Fue el golpe lo que no quiso ver, porque verse, se veía venir. Más que de sobra. Estaba, de hecho, anunciado con tanta anticipación que le pilló por sorpresa que no se hubiera dado por enterado.</p><p>Claro que, de rebote, le dió a ella también. Un chichón que crecía a la velocidad del de los dibujos animados le salió. Si no hubiera sido por lo que dolía, se hubiera reído. Pero ¡vaya que si dolía!</p><p>Después del descalabramiento mutuo todo fue despacio pero más fácil. </p><p>Se han vuelto a subir a la cuerda floja. Cada uno por su lado. Con cautela hasta volver a coger confianza. ¿Cómo si no?</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-43675371523180988622024-02-14T23:38:00.004+01:002024-02-15T08:06:08.419+01:00"Para ser una chapuza, estás muy bien"<p>Me acabo de terminar el libro de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga: "La vida contada por un sapiens a un neandertal" </p><p>El título de mi entrada aparece en el libro. Me ha hecho reír por la manera que tiene Millás de contar y de contarse. Es ilustrativo de por qué somos como somos, y muy ameno. Me lo he tragado en tres días. </p><p>También me ha hecho llorar. </p><p>Cuando lo he terminado quería saber más de los autores. El sentido del humor, la manera tan libre de aceptar los propios sentimientos y pensamientos me ha estado recordando a un amigo que perdí. Lo que no esperaba es que también el gesto me lo recordara. Ahí fue cuando se me escaparon las lágrimas. </p><p>Va a ser que aún me duele. En general estoy muy bien, será por lo de la chapuza...</p><p> </p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-54238075354775077912024-02-06T22:32:00.003+01:002024-02-08T12:36:53.014+01:00Puentes colgantes<p style="text-align: justify;"> "<i>Un solo de violín. La puerta. Mi vecina cantante, también invidente. El tonito narrativo. La carencia de lo que hablar. No. Creer que lo que a tí te interesa le interesa a pocos, o que es sólo de refilón. El clic, clic que te hace a veces una idea. De repente sabes que estaba desconectada de tí, como si a tí no te afectara, como si tú no estuvieras en lo mismo, como si fueras de otra pasta. Pero eres de la misma, quiero decir, que de la misma manera que algunos otros no pueden ver lo que tú consideras valioso, porque lo que ellos mamaron como valioso fue distinto, tú no has podido ver otras. Así es. Y te crees que no te valoran a tí, (porque das valor a otras cosas). Aunque esto también es un poco falacia, porque nos creemos que somos de una manera, que si la viéramos desafectadamente en otros, sin banda sonora, nos parecería claramente que esa persona es otra cosa. Vamos, que ni por asomo nos conocemos tan bien como creemos.</i></p><p style="text-align: justify;"><i>Cosa parecida es lo que nos atrae, o lo que atraemos. A mí como un imán lo que está poco claro. Es como pasar por delante de un portal entreabierto y volverse todo en mí deseo de entrar y conocer aquello que está oculto, en la penumbra. Podría inventar alguna historia con eso. Pero ya hay una bastante buena de Sara Mesa, "Un amor" se llama.</i></p><p style="text-align: justify;"><i>También está eso de que nos creemos que los otros van a aceptar nuestras evoluciones, desearlas, en la misma dirección, orientación e intensidad vectorial que a nosotros mismos nos gustaría. Nada más lejos de la realidad. Para eso hay que querer mucho al otro, conocerlo mucho, y respetarlo más. Y no tantos estamos a la altura."</i></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En esos devaneos mentales se le iban las horas. Le decían en clase que estaba pensando en las musarañas. Ella prefería decir que cazaba moscas, tan metafóricas como las musarañas de sus profesores. </p><p style="text-align: justify;">Otras veces se le iba el tiempo en fabricar marionetas de cartón, encontrar soluciones caseras con las que sustituir cualquier útil caro, cuando no en solitarios spider de dos barajas.</p><p style="text-align: justify;">Una vez se enganchó de un misterio. Era tan grande, tan inacabable, tan sorprendente, que atrapó todo su ser y llenó todo su tiempo. Se distanció por causas de fuerza mayor y el hueco creado le pareció un abismo. Aún idea puentes colgantes con los retales que heredó de su abuela, para salvarlo. </p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-32879054385044311892024-01-16T00:50:00.140+01:002024-01-17T22:27:25.501+01:00Salvo algún que otro bacheSe me olvida la pena honda<div>salvo algún que otro bache</div><div><br /></div><div><br /></div>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-29381409562595477342024-01-05T03:50:00.004+01:002024-01-14T20:39:25.704+01:00Muchas madres<p style="text-align: justify;"> Su madre lee uno de los textos. </p><p style="text-align: justify;">-¿Pero y de qué tienes miedo?- Lo dice con fastidio, como si se lo repochara, porque ella hace todo por sus hijos. Nadie piede decir que no sea una madre entregada. ¡Todos los de la calle la adoran! ¿Por qué con él tiene que ser todo tan difícil?</p><p style="text-align: justify;">- Pues a lo que todos los niños tienen miedo...- Lo dice tanteando la posibilidad de hacerlo sin hacerle daño o sin que se lo haga ella en forma de reproche caritativo - A que alguien que crees que te quiere te ridiculice, a que te abandonen los que te dicen que te quieren, a que se espanten de tí cuando hablas sin mentir, a que te menosprecien por no saber manejarte en una situación, a que te digan que no eliges bien a tus amigos porque no son de tu categoría...</p><p style="text-align: justify;">Y mientras habla se da cuenta de que no lo va a ver como algo que tenga que ver con su forma de tratarlos. Por eso sigue:</p><p style="text-align: justify;">- A que chilles cuando hacemos ruido dándonos a entender que te molestamos, a que me llames tonto por no saber cómo resolver una menudencia y no me des ni una pista válida de cómo enfrentarme a ello, a que me claves las uñas cuando voy contento dando saltos en vez de decirme ten cuidado ahora, que vamos a cruzar... </p><p style="text-align: justify;">Y mientras lo dice se da cuenta de que ya no tiene 4 años, que ha sabido ponerle palabras, que ha pasado la edad de la razón. Que qué importa que le diga tonto, la tonta es ella, que con su edad no sabe ayudarle. Y casi le da pena de esa adulta enfurruñada por no haber sido perfecta. No quiere una madre perfecta, sino alguien que sea capaz de ternura, capaz de reírse de sí misma, capaz de disfrutar de sus hijos tal cual son. </p><p style="text-align: justify;">Se va a jugar. Ha tardado en atreverse pero ha merecido la pena. Ha sido como una vacuna. Ya no puede hacerle tanto daño ese veneno. Tiene quien lo quiere así. Realmente tiene muchas madres. Sólo hay que saber escoger la parte que necesita de aquel que se la puede ofrecer. Hasta él mismo, si está lúcido, puede hacer eso. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-34594697104742335032023-11-02T23:53:00.001+01:002023-12-13T14:21:01.591+01:00Who knows<p>No se sabe si los actores escriben su propio guión. De repente alguien cree en X y se enamora, ay, aunque sólo sea platónicamente. El motor de la historia disparado. ¿Crearán un mundo común? ¿Dejaran que pase la ocasión? ¿Será desperdicio? ¿Será ganancia? Who knows.</p><p>Habrá que ver el final de la película. </p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-65618993728408591032023-09-19T23:51:00.049+02:002023-10-13T11:30:43.734+02:00Ya no me dueles pero te sigo echando de menos<p style="text-align: justify;"> A veces la casa se me queda pequeña, alguna habitación tan justa. Ese armario de menos de todas las casas, que aquí es mayor porque no hay trastero. Estoy bien, me digo, el sitio es bueno, cabemos todos cuando vienen. A ellos también les gusta. </p><p style="text-align: justify;">Siempre he envidiado al que no necesita apenas nada. </p><p style="text-align: justify;">Mi madre queriendo hacer de madrecita y yo queriendo dar alas. Tan incompatibles. Lucía está en casa este curso y quiero que se suelte, que pueda manejarse ella sola.</p><p style="text-align: justify;">¿Me piensas? Recojo los papeles que dejé sin resolver de la mesa. Tengo un resto de té frío. No puedo dormir sin sueño, son las dos de la mañana. Mañana hay cole. Contenta de haber detallado lo que haré con los niños. Todo es secundario si no entienden cómo seguir instrucciones. Casi todo me recuerda a tí. Y quiero olvidarte o lo he querido. Me enganchas y luego duele, duele tener que dejarlo. Y eres un poco salvaje, sí, evitando las despedidas.</p><p style="text-align: justify;">Ya no me puedes pinchar para que me descubra. Ahora me pinchan las circunstancias. El suelo pélvico me tiene frita. Tú le sacarías punta. Pero hay cosas que la única punta que tienen es que hay que arreglarlas a su tiempo, siempre y cuando tengan arreglo. No soy muy constante, eso ya lo sabes, creo. En mi defensa diré que la obstetricia se ocupaba poco de esos temas en los años en los que fui madre.</p><p style="text-align: justify;">Manuel, uno de los más chiquitajos, me tiene enamoraíta. A sus dos años es un entusiasta. Siempre quiere participar. </p><p style="text-align: justify;">!Me toca, me toca, me toca! ¡Yo, yo, yo! ¡A mí, a mí, a mí! y cualquier llanto se le vuelve risa si le llamo Manolillo. </p><p style="text-align: justify;">Eric, mañana cumple tres, se calma con un teléfono antiguo cuando hago el simulacro de hablar con su abuelo. Me mira y saca dos dedos para que le repita que lo recoge a las dos.</p><p style="text-align: justify;">Daniela es un espíritu libre. Ya me ha confirmado su madre que nos va a costar. También cumple tres en noviembre.</p><p style="text-align: justify;">Y Sara, la más pequeña, que sólo ha llorado un día, lleva tres sin venir. Cuando vuelva, volveremos a empezar.</p><p style="text-align: justify;">Noelia es la que más me preocupa. Se sale del parchís. No encaja por pacífica y por intelectual, a ver cómo lo hago.</p><p style="text-align: justify;">Te gustaría saber de ellos. Ya no me dueles pero te sigo echando de menos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-38428461404668522682023-08-02T01:00:00.000+02:002023-08-02T01:00:12.484+02:00O vaya usted a saber<div style="text-align: justify;">Al pasar los años comprobó que una de las mayores fuentes de dolor era la dificultad para desdecirse, despensarse, descreerse lo que había creído con anterioridad. También des-sentirse. Es decir, no dar crédito a que también se podía pisar en falso, construir sobre algo sentido, pero solo por una de las partes.</div><div style="text-align: justify;">Ver el vacío creado tras un fracaso daba tanto vértigo que mantenía la esperanza de ser un error de percepeción, de carecer de algún dato que le diera la clave de por qué las cosas habían pasado como habían pasado y no de otra más favorable, especialmente más favorable para sí. Y el desengaño no acababa de llegar.</div><div style="text-align: justify;">Luego, cuando por fín se caía el velo que le impedía ver con claridad, con suerte quedaba lo dulce de lo vivido, y un mayor conocimiento de sí mismo y sus ingenuidades. </div><div style="text-align: justify;">Es lo que tiene ser lento, o torpe, o vaya usted a saber. </div>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-2115531149580416382023-06-27T00:41:00.001+02:002023-06-27T01:27:59.817+02:00"words are fantasies until they explode between our bodies" (Leído en twitter)<p> Oía la palabra, pongamos por caso, <i>celeridad. </i>En su imaginación crecía la prisa, se veía corriendo una maratón, o los 100 metros lisos, y no hacía el ridículo allá en su sueño. Vaya que si corría. Y le aplaudían, hablaban de él, le admiraban.</p><p>Pero quien dice celeridad, dice amigo. Y ya está volando su cabecita con varios de ellos, riéndose, con camaradería, inventando una vida de ilusión, alegría y compromiso.</p><p><i>Atracción</i> le hizo cosquillas en el alma. Luego se enamoró y amó con algo de distancia. Al llegar a su cuerpo la palabra, explotó de gozo o de sorpresa. Ya nunca lo sabremos.</p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-29245031721799392562023-02-22T22:59:00.007+01:002023-02-22T23:09:32.288+01:00Perlitas de mi clase.<p>Me río cuando Íker me dice, por ejemplo:</p><p>-Seño, ¿y esos <i>pasatos</i>? ¡Son feos!</p><p>Los miros (unos Oxford sin tacón). </p><p>- Es que mis zapatillas son mucho más bonitas, ¿verdad? ¡Vaya! ¡Pero las tuyas son preciosas!</p><p>Ahora es él el que se mira los pies. Después me mira a mí con una gran sonrisa y un poco de chulería:</p><p>- Sí. Me las ha comprado mamá.- Es lo más irrefutable. ¡Cómo competir con eso!</p><p> </p><p>Debería apuntar todas las cosas que me hacen reír con ellos. A veces son preguntas. Por ejemplo si vivo en el colegio o si yo tengo mamá. Sus caras son de genuina sorpresa cuando les contesto. Otras son la cantidad de palabras y expresiones que me copian: Chato barato, Doña Cutufina, un momento cara de cuento, que los que no vienen al cole son más chicos que un huevo (y ellos van ya al cole de los grandes. Algunos llegaron con dos años en septiembre), eres un máquina- de las matemáticas, o un ¡toma ya! por algún acierto. ..y que saben meter en contexto a la perfección. </p><p>Luego están las veces que alguno me dice que se quiere ir con mamá. Les suelo contestar que yo también.</p><p>- ¿Con la tuya?- casi siempre lo dicen con cara de extrañeza</p><p>- No, no, con la tuya. Y nos vamos a la playa o a la piscina, tu mamá, tú y yo. </p><p>Es suficiente para que empiecen a sumarse los otros y organicemos una tarde imaginaria todos juntos. Tres o cuatro minutos soñando son suficientes para que se les pase la pena y sigamos con lo que estábamos. </p><p>¿Cómo no me va a gustar mi trabajo?</p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-18029835999409101782023-02-08T22:38:00.007+01:002023-08-02T14:39:00.555+02:00"Divide y (te) vencerás"<div style="text-align: justify;">Hacía frío. Las nubes se perseguían alejándose de la tierra. Por fin se hicieron compactas, mullidas y brillantes como un algodón de feria. Suspiró. No conseguía entender nada:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por qué las mujeres tenían tanta necesidad de cosas: ropa nueva cada temporada, zapatos para cada ocasión, ocasiones para la ropa nueva, esmaltes, pinturas, complementos, arreos para la casa...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">O los hombres, aparentemente tan básicos en lo diario, y tan necesitados de lo último en tecnología o mecánica.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Y la comidilla de los famosos o de los políticos? ¿Qué era lo que les proporcionaba?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las nubes empezaron a cargarse. El día se volvió plomizo y su ánimo, tal vez a menudo ausente de esas ocupaciones cotidianas, se volvió pesado un rato. </div><div><div style="text-align: justify;">Se acordó de Iván, con el que aprendió ruso y a saborear la vida. También de una de sus frases preferidas "divide y vencerás" y cambió la gravedad aplastante por la fantasía.</div><div style="text-align: justify;">Para poder saborear las cosas...divide y vencerás. Pero ¿cómo?</div><div style="text-align: justify;">- Ensayo y error- resolvió. -Al ataque.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Empezó por la ropa. No es que le entusiasmara lo de pensar en el atuendo, pero se trataba de ver si dividiendo podía ganar algo. Así que eligió la acepción de fragmentar, sacó las tijeras y empezó acortándose los vaqueros. No había sido una opción de riesgo, tampoco resultó muy elegante, pero frescos sí que se habían quedado. Ponibles en verano también.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una de las dos sandalias la convirtió en chancleta. La pareja la dejó intacta hasta decidir cuál era más cómoda. Decididamente fue mala idea. No era fácil recuperar la que estaba recortada, que se empeñaba en salir disparada por menos de un pimiento. Así que empezó a cojear a propósito. Si conseguía acostumbrarse a ir a la pata coja no tendría que llevarlas al zapatero, ni comprarse otras.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Era agotador. Una de esas veces en que tuvo que parar de extenuación, una señora de un barrio bueno le aconsejó que se acercara a los servicios sociales, donde al menos le darían una ayuda por la minusvalía. La señora se fue comentándole a su madre, que estaba bastante sorda: - "Chica es que no se organizan, hay que decirles todo porque no saben aprovechar las oportunidades. ¡Y el caso es que no tiene mala pinta!..."</div><div style="text-align: justify;">La cosa empezaba a ponerse interesante. ¿Mira que si le daban una paguita por coja? Por fin podría hacer ese viaje a las antípodas con el que soñaba desde joven. Al menos una victoria sería.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De la emoción se le olvidó lo de hacerse la coja y cuando llegó a la oficina lo más que consiguió fue un par de alpargatas nuevas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Probaré con otro de los significados. Dividir es...¡repartir!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En cuanto llegó a su casa sacó libros relacionados con su oficio. -Total, para lo que me queda para jubilarme aunque no los consulte no hay miedo. - Después de cuarenta años de profesión, muchos de ellos estaban obsoletos. Los llevó al contenedor de papel. Luego preguntó entre sus compañeros si alguno estaba interesado en el resto. Los pocos que quedaron en la caja fueron directamente a Madre Coraje.</div><div style="text-align: justify;">Algo le decía que no era eso, que no se trataba de dividir las cosas, sino de dividirse a sí mismo, ya que el problema era su percepción de las cosas.</div><div style="text-align: justify;">Entrenó su ojo derecho para ampliar el campo de visión, mientras mantenía el izquierdo cerrado. En internet había oído que haciendo gimnasia ocular se podía hasta recuperar la agudeza visual perdida. Luego se aplicó al izquierdo.</div><div style="text-align: justify;">Fue un entrenamiento de meses al cabo del cual tenía movilidad y visión independientes en cada ojo. </div><div style="text-align: justify;">Podía ver desde su perspectiva y a la vez desde la de alguien que estuviera situado a alguno de sus dos lados.</div><div style="text-align: justify;">Luego recordó la asociación de colores a algunas emociones. Se dijo que quería sentirlas en su estado más puro, no revueltas y desencadenadas en fracciones de segundo por sus más rápidas ideas o juicios de valor.</div><div style="text-align: justify;">Hizo meditación , mindfulness, terapia cognitiva, yoga, ballet y cualquier cosa que liberara sus caderas (que ya se sabe que quien las tiene ágiles y flexibles puede expresar sus emociones sin tapujos). Después de varios años se convirtió en camaleón:</div><div style="text-align: justify;">Su cuerpo se ponía rojo de ira, verde de envidia, amarillo de celos, cada vez que acertaba y daba en el blanco, se volvía idem. Aunque eso del blanco era un poco confuso, porque a veces podía significar que se le había olvidado todo.</div><div style="text-align: justify;">Cuando mejor se sentía estaba como una rosa, eso sí en tono pastel. Y cuando se sentía del montón, especialmente del montón mediocre, su piel se volvía gris como una nube amenazante y pesada.</div><div style="text-align: justify;">No encontró a su media naranja, por lo menos nunca se puso de ese tono frente a nadie. </div><div style="text-align: justify;">Puede que le pillara mayor. Con tanto entrenamiento ¿cómo encontrar otro camaleón de su edad y tan humanoide que le acompañara? Pero vivir fue una aventura en technicolor. Fue más vida y menos extrañeza. Ya nunca más volvieron sus antiguas preguntas. Dejaron de interesarle. Decidió entonces que había sido todo un acierto, y a todo el que le preguntaba el cómo de su nueva ilusión y energía, le decía sin perturbarse más allá de un rosa palo: "Divide y (te) vencerás"</div><div style="text-align: justify;">Murió del color de los limones, pero no fue por celos ni por envidia. Tuvo un atasco en las vías biliares que le provocó una ictericia sin precedentes.</div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="adn ads" data-legacy-message-id="18604aebff609154" data-message-id="#msg-a:r8637637380644377344" style="background-color: white; border-left: none; color: #222222; display: flex; font-family: "Google Sans", Roboto, RobotoDraft, Helvetica, Arial, sans-serif; padding: 0px;"><div class="gs" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 20px; text-align: justify; width: 950px;"><div><div class="ii gt" id=":ig" jslog="20277; u014N:xr6bB; 4:W251bGwsbnVsbCxbXV0." style="direction: ltr; font-size: 0.875rem; margin: 8px 0px 0px; padding: 0px; position: relative;"><div class="a3s aiL" id=":if" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: 1.5; overflow: hidden;"><div class="yj6qo"></div><div class="adL"></div></div></div><div class="hi" style="background: rgb(242, 242, 242); border-bottom-left-radius: 1px; border-bottom-right-radius: 1px; margin: 0px; padding: 0px; width: auto;"></div></div></div><div class="ajx" style="clear: both; text-align: justify;"></div></div><div class="gA gt acV" style="background: rgb(255, 255, 255); border-bottom-left-radius: 0px; border-bottom-right-radius: 0px; border-top: none; color: #222222; font-family: "Google Sans", Roboto, RobotoDraft, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 0.875rem; margin: 0px; padding: 0px; width: auto;"><div class="gB xu" style="border-top: 0px; padding: 0px;"><div class="ip iq" style="border-top: none; clear: both; margin: 0px; padding: 16px 0px;"><div id=":ih"><br /></div></div></div></div></div></div>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-25059734613922071132023-01-13T23:32:00.000+01:002023-01-13T23:32:03.157+01:00Gripe<p style="text-align: justify;"> Es un frío que va dejando helados los pies y la manos. Todo tu cuerpo se enrosca poco a poco, para que el calor no escape. Te arrebujas en las mantas o coges alguna más gruesa. Sí, sí, ahora parece que voy a conseguir calentar los pies. La planta de uno sobre la pierna . Pero al colocarlo ahí las sábanas dejan escapar el calor acumulado.</p><p style="text-align: justify;">-No te vayas- le digo. -¡Quieta, quieta, que se enfrían!- me digo a mí misma. </p><p style="text-align: justify;">Pero ese estado en el que la fiebre te hace tan consciente del cuerpo, no es lúcido o lo es de una forma muy poco habitual. Notas (como si pudieras verlas, solo que es la piel quien lo hace) salir las burbujas de calor atrapadas en arrugas que al abrirse lo dejan escapar. Te encojes un poco más, te abrazas. Las manos siguen congeladas por más que te las metas bajo la camiseta o cierres los puños pegados a tu cuerpo. Has metido la nariz y la cara, extrañamente frías también, debajo de las mantas. -Qué bien, calor- pero no dura porque la tos desbarata esa pompa cálida que empieza a envolverte.</p><p style="text-align: justify;">Estiras un brazo buscando el termómetro. -¡Qué frío!- Cuando pita entiendes lo que está pasando. Tienes tres grados más de tu temperatura habitual concentrados en el centro de tu cuerpo, negándose a emigrar por las extremidades. Te levantas a por un antitérmico y un poco de agua. Joroba qué frío está todo. Pelotazo para el estómago que lo recibe sin rechistar, aunque luego haga de las suyas. Reorganizas las mantas, añades un jersey por los pies. Te entierras bajo ese peso tremendo sabiendo que cuando haga efecto todo o casi todo sobra. </p><p style="text-align: justify;">Los antitérmicos deberían llamarse difusores de calor. Al poco empiezan a relajarse las manos, y casi sin darte cuenta el calor deja de estar atrapado en bolsas cerradas, se distribuye de forma mucho más suave y uniforme por toda la cama. -¡Venga vamos! -jaleo a ese pequeño logro. Las piernas consiguen separarse, y poco después se van estirando. Dormir se ve entonces como algo factible, y el sopor de ese calor que se va distribuyendo ahora de forma más organizada, hace su aparición.</p><p style="text-align: justify;">Las dos mejores horas de sueño pasan rápido. Luego el calor insoportable de tanta ropa te despierta. No del todo, claro. Ahora no entiendes por qué estás incómoda, qué es lo que te ha hecho despertarte. El pie izquierdo se queja por sobrepeso. La planta tiene ardores. Consigues despertarte un poco más y no es sólo el pie izquierdo el que se queja. El derecho busca con insistencia una zona un poco más fresca. Tienes la sensación de estar mojada, y lo estás, empapada en sudor. Ahhh, es eso, tengo calor, la fiebre se ha pasado. </p><p style="text-align: justify;">Vuelves a estirar el brazo. enciendes la luz, te pones el termómetro. Todo ha vuelto a la normalidad. quitas el exceso de ropa . ¡A dormir!</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-20393407187494333522022-12-13T23:43:00.000+01:002022-12-13T23:43:16.188+01:00Deseos<p>La vida, Vida</p><p>El amor, del grande</p><p>La cercanía, tan próxima </p><p>que se sienta más adentro de los límites del cuerpo.</p><p>La ternura que derrita </p><p>el más frío de los hielos</p><p>La risa, a borbotones, cálida y franca</p><p>Las lágrimas mejor si compartidas</p><p>Coincidir con algunos, o con muchos,</p><p>en lo que hace tu vida emocionante,</p><p>al menos un poco cada día.</p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-20033295862267833532022-12-07T00:26:00.002+01:002022-12-16T10:53:37.473+01:00Gajes del oficio<p style="text-align: justify;">Quisiera escribir sobre educación. La oficial. Siempre vamos tarde. Para reconocer lo valioso. Tal vez demasiado rápidos minusvalorando lo que no es útil al sistema.</p><p style="text-align: justify;">Ahora se habla de competencias. Se pretende que todos seamos competentes en casi todo. Parece que aspiramos a una sociedad de multitalentosos. ¡Vaya gafas! ¿No sería más realista entender que hay distintas capacidades aunque haya que trabajarlas todas? ¿Que es lo suyo que seamos muy distintos también en eso?</p><p style="text-align: justify;">Si me veo desde los ojos de Mozart, o Beethoven, somos todos bastante incompetentes, musicalmente hablando.</p><p style="text-align: justify;">Si desde los de cualquier matemático, como la mujer de Aristóteles, la de la proporción áurea, son pocos los que consiguen deducir una pequeña fórmula o explicar el significado de las derivadas, mucho menos aplicarlas a sus cálculos habituales. </p><p style="text-align: justify;">Si desde los de Cervantes... ¡Ay si Cervantes levantara la cabeza! Yo suspendería a más de un legislador y no soy ni siquiera escritora. Pero es que se nota lo de encargar la ley a equipos de legisladores que no se acaban de poner de acuerdo en la forma de redactar cada apartado. (Esos en competencia comunicativa o lingüística: suspenso)</p><p style="text-align: justify;">De la expresión artística no me atrevo ni a hablar. Porque se espera que nuestros niños tengan la capacidad de expresión de cualquier artista que se precie (como parte de su competencia comunicativa y plurilingüe. Aunque a lo mejor tendríamos que meter aquí también la de conocimiento personal y social o como se llame en este mometo).</p><p style="text-align: justify;">Ojalá yo hubiera sabido con seis años (como se espera que hagan los niños actuales) entender el mundo de las emociones como lo hago ahora, y saber manejarme con ellas para conocerme mejor. Y, pirueta con doble o triple mortal, tener los recursos suficientes para regularlas y expresarlas en su justa medida. </p><p style="text-align: justify;">Y para rizar el rizo, (o para tenernos entretenidos, como diría mi madre), tenemos que programar con una nomenclatura por la que hay que pasar sí o sí. Como si no supiéramos entretenernos buscando metodología o recursos educativos con los que mejorar nuestro trabajo . O como si con eso pudiéramos cambiar milagrosamente nuestra forma de enseñar. </p><p style="text-align: justify;">No sé si es que somos muy ingénuos o muy farsantes. </p><p style="text-align: justify;">Siempre vamos tarde. Mover el sistema para que se ajuste a los últimos descubrimientos es muy lento. Moverlo con calzador no suele dar muy bien resultado. Quemamos cartuchos sin haber conseguido entender a fondo la última ley que dejamos, que nunca es tan mala ni tan distinta de la que llega.</p><p style="text-align: justify;">En la práctica no siempre acertamos, y es cierto que hay casos de maestros patéticos. Pero, en general, los niños aprenden a pesar de sus maestros, y, con un poco de suerte, por tener a alguno cerca.</p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-37989553341239750202022-11-27T12:58:00.002+01:002022-11-27T15:15:03.353+01:00Ruido<p>Ruido. Eso que no nos deja oír con claridad lo que dice el otro, lo que es el otro. </p><p>Ruidos internos: los miedos a que duela otra vez donde te hicieron daño, los juicios aprendidos, la falta de experiencia (que te deja como temblando hasta que te atreves a dejar que algo cale para conocerlo).</p><p>Ruidos externos: los del otro, sus fantasmas, sus enigmas. La presión de los que te quieren para sí o los que te quieren así o asao, sin haberte escuchado.</p><p>Nadie se libra del ruido. ¡Pero qué placer poder bajar el volumen por dentro y por fuera!</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-25651511566812021172022-11-07T23:44:00.003+01:002023-08-02T14:48:16.725+02:00Café solo<p> - ¡Ea, ya estamos aquí otra vez!- se dijo en alto como si estuviera acompañado. </p><p>Se había mudado a un nuevo barrio con la esperanza de conocer nueva gente, hacer amigos, tener esa sensación de ser con alguien que había tenido en su anterior destino. </p><p>Se sentó en la terracita del bar y sacó un libro. Cuando llegó el camarero pidió un café solo y se metió en la historia. </p><p>Kambili, su personaje, era solitaria, como él mismo. Toda ojos. Con una historia de miedo tras la que su padre imponía las cosas más absurdas mezclándolas con una expresión exagerada de amor, igualmente extraña. </p><p>De común denominador la falta de autonomía. La seguridad absoluta en el otro pero no en sí mismo. </p><p>Le atrapó la historia y cuando consiguió cerrar el libro su café estaba frío y el bar cerrando.</p><p>- ¡Vámonos!- se dijo como si estuviera acompañado. </p><p>Siguió echando de menos la ilusión de tener alguien con el que construir una historia común, un lenguaje inteligible. </p><p>- ¡Otra vez será!- y se despidió.</p><p>Quiso decir : yo también estaba en esta historia, pero se oyó diciendo: - ¡Buenas noches!</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-53471829760878705642022-10-17T23:49:00.002+02:002022-10-17T23:49:59.505+02:00Color de mar<p> Tal vez tenga sentido lo que un maníaco del anonimato pidió alguna vez sobre amores pasados:</p><p>"<span style="background-color: white; font-family: Spectral; font-size: 16px; font-style: italic; text-align: justify;">Háblame de tu amor en tus recuerdos</span>". </p><p>Pero hay quien no disfruta de sus amores en el momento, sino mucho después. </p><p>A Manolita Pí le pasaba. Había pertenecido a una familia de moral estrecha y muy poco conocimiento de la condición humana y le costaba traducir los sentimientos.</p><p> Llegó nueva al pueblo. La acogió una compañera. Los maridos se entendían también. Se fue haciendo normal quedar con ella, recogerla, ir a ver al niño, invitarlos a tomar unas tapas...Pasó varios veranos disfrutando de la amistad de su amiga y de toda su familia. </p><p>Luego su amiga se fue a una ciudad lejana y unos años después dejaron de verse. </p><p>Cuando volvieron a reencontrarse al cabo de casi 35 años, y tras el miedo pasado porque podía haberla perdido del todo, le embargó la emoción. Sintió todo el afecto recibido y el agradecimiento rebosó en forma de lágrimas.</p><p>Tras cada encuentro, tras cada historia compartida y revivida, se volvía un poco más líquida. Un pequeño mar salado fue lo único que quedó de ella. La última vez que la vieron llevaba el color del mar en la piel.</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-43845792873143168882022-09-28T21:54:00.000+02:002022-09-28T21:54:02.024+02:00Patías y asociados <p> Simpatía, antipatía, apatía, gastropatía, telepatía, mastopatía, empatía, idiopatía, psicopatía, neuropatía...</p><p>Si existiera o existiese la expatía, ¿Qué sería? ¿Característica? ¿Enfermedad? ¿Habilidad social? ¿Carencia? ¿Extranjería en la relación? ¿Excelencia relacional? ¿Exudado vírico? ¿Enfermedad excluyente?</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-23448823721630714012022-09-12T23:38:00.002+02:002022-09-12T23:38:16.557+02:00A por ellos<p style="text-align: justify;">Empezamos de nuevo a conocernos. Los niños y yo. Los niños a mí. Yo a ellos. Y ya alguno, en apenas tres horas, me ha ganado un sitio cerca. Con otros abro lucha para sacar lo mejor que traen consigo y aún no he descubierto. Ellos harán tres cuartas de lo mismo para llevarme al huerto, o para ganarme la línea que no quiero que rebasen. </p><p style="text-align: justify;">Tres cursos por delante para semejante hazaña. A por ellos</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-30050847281481218372022-09-01T23:46:00.009+02:002022-09-02T08:52:30.712+02:00Sequía<p style="text-align: justify;">Cuando dejé de verlo transformó su carta de presentación. Cambió de aspecto, me dijeron. Fueron pasando días, semanas y meses. Seguía modificándose. ¡Como si alguien hubiera podido ponerle cara! No dejó ni aquella foto que nos hicimos en el fotomatón de la estación cuando éramos aún estudiantes de instituto. De no haber sido porque fortuitamente había conseguido la dirección de su blog en francés, en el que publicaba con cierta asiduidad, ni siquiera sabría si seguía con vida.</p><p style="text-align: justify;">Hacía mucho que había desaparecido sin dejar rastro. Tenía que ver con la importancia del anonimato, decía, incluso entre los cercanos. </p><p style="text-align: justify;">A la vez (no podía ser de otra manera), se proclamaba a solas, en soledad. Y a veces sonaba un poco triste, a leve queja. O al menos eso entendía yo de sus textos.</p><p style="text-align: justify;">Habíamos trabajado juntos en una oficina oscura llena de libros. De vez en cuando disparatábamos, por divertirnos. A veces eran ocurrencias de su mente ágil. Otras, errores de mi lengua de trapo que él era capaz de subrayar. Las más eran imágenes que nos venían en medio de una conversación y nos hacían reír. Era fácil seguir con una historieta o un cuento. Se puede decir que las historias nos salían al paso y sólo había que ayudarles a fijarse en el papel.</p><p style="text-align: justify;">Luego me metí en trampas económicas, y como el sueldo no me alcanzaba me busqué otro empleo. Dejé de verlo. A él y al resto de la oficina. Las escasas veces que pasé por el portal el portero me hacía un leve gesto de "Ah, pero ya no vienes por aquí" y miraba a otro lado, como si estuviera realmente ocupado. </p><p style="text-align: justify;">No me di cuenta al principio porque estaba tan atareado que achaqué la falta de inspiración a la escasez de tiempo. Pero luego, cuando mis intentos de alumbrar historias se fueron quedando en agua de borrajas, me fui dando cuenta de que ellas estaban ligadas a aquella oficina a la que no podía volver. Así que empecé a pensar en alternativas que suplieran aquella sequía pertinaz.</p><p style="text-align: justify;">Los días de invierno hacía grandes ollas de caldo que convertía en sopa de letras. Las tomaba de primer plato al medio día y de cena todas las noches. Mi abuelo solía decir que había que cenar como un mendigo, así que rebajaba el caldo y, para disimularlo, le echaba un chorrito de vino y poca pasta, que dicen que el hambre agudiza el ingenio. Lo más que conseguía en esos momentos eran textos llenos de faltas que desechaba nada más pararme a leerlos. (Nunca aprendí a escribir bien sin mirar el teclado y al alzar la vista me resultaban irreconocibles. También irreconciliables con la rabia de me daba que no me saliera nada decente)</p><p style="text-align: justify;">Después de aquel fracaso y una época bastante triste, porque lo que en realidad me hacía feliz era reírme con alguien por mor de la risa cómplice, me hice feriante. </p><p style="text-align: justify;">Pensé que tal vez las historias no eran el resultado del ambiente literario de la oficina. Sino que podían tener que ver con mi antiguo compañero, ese que se empeñó en ser anónimo. Quería encontrarlo a toda costa, porque no contestaba a mis llamadas (los anónimos deben hacer eso) aunque tuviera que volverme tan anónimo como él, al menos durante un tiempo. Cuestión de verificación de hipótesis. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">- ¿Dónde va a haber más gente que en la feria? - me decía ilusionado - Antes o después lo veré pasar. </p><p style="text-align: justify;">Estuve tres temporadas de pueblo en pueblo montando norias. Me equivoqué de lleno. Tenía miedo a las alturas. No me quedaba mucho tiempo para historias porque después del montaje y un día para recuperarme del susto que me daba colgar las canastas y apretar las tuercas colgado de un arnés, vendía boletos en la taquilla. No lo ví ni a él ni a Carlos, su mejor amigo, el único que lo conocía mejor que si lo hubiera parido.</p><p style="text-align: justify;">El vértigo y el miedo al vértigo cada vez que teníamos que trasladarnos acabó de secarme la inspiración, así que pensé que era hora de cambiar de estrategia y de trabajo.</p><p style="text-align: justify;">Siempre me gustó encontrar monedas o notas olvidadas en chaquetas de otras temporadas. Me producía una euforia un poco absurda, pero euforia al fin y al cabo. Pensé que si además encontraba alguna pista de Pepe mi felicidad sería completa, volveríamos a las historias. </p><p style="text-align: justify;">Conseguí un puesto de voluntario en una ONG. A cambio de mi trabajo tenía cama y una comida ligera.</p><p style="text-align: justify;">- Estoy de suerte- pensé.- Así practico el ayuno intermitente que dicen que es tan antiinflamatorio. Igual se me mejora la artrosis.</p><p style="text-align: justify;">Tuve que alquilar mi piso para que las deudas se pagaran solas. ¿Pero cómo no se me habría ocurrido antes?</p><p style="text-align: justify;">Mi trabajo consistía en revisar ropa donada en los contenedores. Revisaba bolsillos, cremalleras y botones y encontré cosas curiosas: fotos de carnet en blanco y negro, listas lavadas de la compra, más de un chicle pegado en el fondo de un pantalón de niño, alguna que otra moneda, medio billete de cinco libras, un zumbel sin peonza, varias cartas de amor ya muy sobadas... </p><p style="text-align: justify;">Después de nueve meses volviendo del revés todos los bolsillos y tirando porquerías me di por vencido. Me convencí de que no encontraría nada suyo. Pepe era bastante básico. Empecé a dudar de que fuera de los que renovaban el armario a cada temporada. Ni siquiera sabía cómo era su abrigo porque solía llegar mucho antes que yo a la oficina y siempre lo tenía guardado.</p><p style="text-align: justify;">- ¿Y ahora qué?- Por más que me esforzaba no conseguía nada más que angustia, porque ahora mi cama en la ONG la ocupaba otro y me hacía mucha falta encontrar algo. </p><p style="text-align: justify;">Por pasar el tiempo me puse a pinturrejear en el interior de un museo. Se estaba fresco dentro, había servicios y había bastante gente visitándolo. Pasó a mi lado una señora con su tacataca. Se acercó tanto a curiosear lo que hacía que leí con claridad la etiqueta de su andador: "Ortopedia El Aeropuerto"... Y entonces me vino la inspiración. Pepe usaba plantillas. Tenía que conseguir trabajo en una buena ortopedia.</p><p style="text-align: justify;">De vez en cuando entraba en su blog, por ver si me daba alguna pista. </p><p style="text-align: justify;">Ingenuo de mí, pensaba que tal vez él me echara de menos y que también me estaría buscando. Por aquella época le dio por escribir sin terminar las frases y cuando pensaba que estaba hablando de algo que me esclarecería su paradero, me dejaba un vacío o una oscuridad tan grande que era peor que si no lo hubiera leído.</p><p style="text-align: justify;">En la ortopedia entré de recadero. La señora del tacataca me reconoció un día que necesitó un ajuste de las ruedas.</p><p style="text-align: justify;">- ¿No era usted el que pintaba Las Meninas en el museo?</p><p style="text-align: justify;">- Sí señora. Yo mismo.</p><p style="text-align: justify;">- Mire usted, es que ando buscando un señor de compañía que lo mismo sirva para un roto que para un descosido, y si además es artista...</p><p style="text-align: justify;">Desde aquel día estoy a su servicio. He desistido de contar historias. He descubierto que Pepe dejaba las frases a medias cuando no sabía cómo seguir o tenía dudas en el vocabulario. Además doña X, Señora de Don Zutano de Tal que ella también prefiere el anonimato, (y que se conozca su nivel social, que eso de "señora de" es un grado), empieza a desbarrar y se le ocurren historias divertidas. Cuando llegué a su casa contaba que su antiguo jefe le dio trabajo al enterarse que era nieta de Fulanito Pí, el hombre que le enseñó a nadar. Un par de años después era ella la que había enseñado a nadar a su jefe durante la entrevista de trabajo, haciendo que braceara echado sobre un taburete. </p><p style="text-align: justify;">Sólo tenía que ponerme corbata para que me confundiera con su vecino el marqués, y era entonces una ocasión estupenda para merendar un buen té inglés con tejas de almendra.</p><p style="text-align: justify;">Estoy dentro de su propio cuento. ¡Qué más historias necesito!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-13910997409466946792022-08-17T16:35:00.004+02:002022-08-17T16:35:47.567+02:00De viaje <p style="text-align: justify;">Quien dijo que el tren se mueve sobre raíles no sabe qué es mecerse en el ave mientras los campos pasan acelerados bajo sus pies. Los más lejanos a paso lento. Los cercanos a galope tendido.</p><p style="text-align: justify;">Se asoman pueblos a las ventanillas buscándote entre las cabezas inclinadas sobre pantallas diminutas. Te buscan tras naranjales y campos de trigo. </p><p style="text-align: justify;">No saben que te metiste muy adentro y que no van a pillarte por más que te reten a salir. </p><p style="text-align: justify;">Siguen pasando campos y nubes con cara de asombro porque no te encuentran.</p><p style="text-align: justify;">A lo mejor otro día.</p><p><br /></p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-75814570443624406812022-08-05T04:22:00.001+02:002022-08-05T04:22:18.075+02:00Mente enredadera<p>Necesitaba tu mente enredadera </p><p>para desenredar historias con palabras. </p><p>Ya no vienes a andar por el jardín.</p><p>Me he quedado sin cuentos </p><p>y un nudo muy grande en la garganta </p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-84757792152623499602022-07-09T08:49:00.000+02:002022-07-09T08:49:10.169+02:00Como tengas la dicha<p style="text-align: justify;"> "Como tengas la dicha de pegar a tu hermana .." "como tengas la dicha de pisar lo mojado..." "Como tengas la dicha de tocar las patatas..."</p><p style="text-align: justify;">Lo único que entendía era la amenaza. </p><p style="text-align: justify;">Luego, entendió la primera parte: la bendita dicha.</p><p style="text-align: justify;">Y por último, o tal vez eso fue muy al principio?, que no había dicha sin castigo. Tal vez sea eso, sí, porque no puede ver las películas de "malos" sin removerse nerviosa en su asiento.</p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8721765828379234773.post-32211543050122521842022-07-07T08:12:00.002+02:002022-07-07T10:39:48.915+02:00Para no romperlo<p style="text-align: justify;">Me perdí en el jardín de las letras ese en el que aún no había entrado. </p><p style="text-align: justify;">Ceguera tardíamente confirmada. Tal vez fue mejor así. Por eso me paseo en silencio. </p><p style="text-align: justify;">Antes de salir arropo el recuerdo y lo dejo todo donde estaba, con cuidado, para no romperlo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Loles Mivahttp://www.blogger.com/profile/03075206633885370329noreply@blogger.com8