Pensamiento arbóreo

A modo de explicación  aunque no lo sea, que no acierte con los ejemplos, que no hable de lo mismo, que no entienda lo que dice el texto que me inspira. 
Pero basta ya de ponerse tiritas por si me sale un grano, y al turrón:  
Se le hace presente la obsesión del otro. Su afán de comprobación, de que no  se cumple su deseo. 
Y a partír de  ahí, como un relámpago:
  • imprevisto: lluvia,domingo, sol
  • de sol: irrelevante, luminoso, ardiente, sequía, sed,  luz, iluminación, Señor del desierto, fuego, piel quemada
  • de Señor: caballero, vasallo, hidalgo
  • de fuego: quemadura, calor, luz, calidez, atracción
  • de lluvia: lágrima, agua, sed, tristeza, alegría, abundancia del corazón, vida
  • de sed: lengua seca,  desierto, sequedad, costra, sal
  • de domingo: relajación, espera, tiempo para comprobaciones, certidumbres, compañía
  • de desierto: beduino, cielo, tierra, soledad, silencio, poco hablar, solitario
  • de sal: curtir, secar, salar, 
Y de cada palabra sus connotaciones:
  • lluvia, domingo, lágrima: ver a través de los cristales, con distancia, melancolía, plan fallido
  • cielo, tierra: inabarcables, imprevisibles 
  • sol, fuego: lo indómito, necesario y peligroso a la vez
  • desierto: búsqueda permanente, soledad anhelante, reciedumbre, inmensidad, desafío, prueba permanente
Sus sonidos: el viento, el tap, tap, tap de la lluvia, el de las calles en domingo, el de la hora de la siesta, el de las confidencias

Sus colores: arena, escasa gama de colores, ya sean los más neutros o los más cálidos del fuego. Luz que vela la mirada.

Sus olores: acre de sequedad absoluta, o blando y húmedo de la tierra mojada. Pero secundarios, escenario secundario. Lo que cuenta es la intensidad de la obsesión. 

El tacto: la quemadura del sol, la piel ardiente, la lengua seca y rugosa irritada por la falta de agua y el exceso de sal.

Todo creciendo a la vez, con muchas más palabras y más connotaciones. Como árbol de primavera loca que llega hoy y acaba mañana, ni siquiera mañana, en un momento.  Agítese, seleccione ruta a través de las palabras. Elija tono, o mezcle, o añada alguno. 
Componga algo hermoso que  agarre las entrañas. A ese impulso inicial que ha percibido. Que le haga revivir a usted o a otro cualquiera con nitidez su afán de comprobación de lo imprevisible. 
¿Se atreve?




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