En el propio corazón

Risas, juegos, amigos controlados
decisiones sobre quién era válido y quién no
basadas en parámetros extraños.
¿Dónde estuve ese tiempo?
Sin acceso,
extraña,
buscando la salida.


Y ver por fin la vida más valiosa,
la corriente,
la simple,
la descalza,
la que disfruta del pan y del abrazo,
la que crea sin cesar
y se descubre a sí misma a cada rato.

La del te busco,
te deseo, soy contigo,
la del te quiero,
la del fuego apasionado.

También la del te odio
por despreciar alegremente,
sin conocer,
por diferente,
o sin haberte hecho algo malo.

La que no aspira a dejar huella en la historia,
sino a sentir el latido de la vida
en el propio corazón,
a haber amado.

Comentarios

Entradas populares