Erizo de mar.

Silenciosa presencia del fondo de mi costa rocosa. Belleza puntiaguda imposible de asir. Irritable e irritante. Callado y quieto. Mejor saberte que ignorarte.
Tus restos, obra de arte que dejas al alcance de mi mano. Fragilidad que refleja lo que fuiste.
Ingeniero del aire. Humilde médico de la atmósfera líquida que te envuelve.

https://www.abc.es/natural-cambioclimatico/20130205/abci-erizomar-niquel-201302051159.html


Comentarios

  1. Los había, los hay supongo, en las rocosas costas de la isla donde nací. Y sí, en aquellos tiempos donde lo natural prevalecía, eran, fueron, obras de arte en la decoración…

    Abrazo Loles.

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    1. Los vi por primera vez con doce años en Aguadulce, Almería, aun hoy me gusta bucear para contemplarlos. A veces se me vuelven metáfora mirando hacia adentro. Un abrazo

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