En verano

Gazpacho blanco de almendras. Con pan y ajo. Refrescante vinagre en la garganta. Un blanco que no es blanco, no sé si algo gris, algo pardo, algo aceituno. Consistencia de leche que no es dulce sino salada y ácida. 
Tardes de verano en casa de la abuela. El silencio del patio en la hora del sol omnipresente. La voz de Fernanda cerrando la cocina. Música del telediario detrás de los cristales. Crujir de mecedoras.

Al llegar la noche, en el comedor de verano, los tíos hablando de la cena. La abuela estirada en su silla tomando un hervido de verduras. Ellos hablando de su "sopa". Uno de ellos la bebe con deleite. Otro prefiere migar un poco de pan y esperar a que puje. Una ola blanca con barco sumergido.
Es la primera vez que lo tomo. No me gusta la leche pero esto... Esto es una sorpresa. Refrescante y sabroso. Todas las glándulas activas y dispuestas a tomarlo, pidiendo más, más. El pan del pueblo está tan dulce, tan insípido, que es casi tentador no echar un poco. Sin embargo... Quiero ver una ola como la de mi tío en su tazón. Quiero un mar poblado.  Quiero ser la ballena de Jonás que se lo coma.
-Espera un poco. Si lo quieres crujiente pon palillos.
El suelo de mármol, el olor a arrayán que entra por la puerta, el fresco que llega del zaguán siempre a oscuras de la puerta también lo dicen:
- ¡Espera!
Llegan a mi memoria los barcos de la leche, tan dulces, tan templados. Los ansiados y cómplices barcos del puré de verduras, que van a mi rescate camuflando sabores... y casi me arrepiento.
- Ya es tarde- me digo cargando la cuchara.  Abro la boca y el olor me vuelve a seducir. El pan se ha vuelto menos soso. Parece el pan una bufanda del gazpacho, mullida y suave, ligeramente dulce que hace que se laven a su lado el resto de sabores: la almendra, el ajo, el vinagre, que abriga el frío del agua que sigue estando fresca y apetecible a su lado.
De fondo la discusión es si conviene o no añadirle huevo. 
- En los cortijos siempre se le ha puesto y a nadie le ha pasado nada
- Pero hay que lavarlo muy bien si está sucia la cáscara
- Sin huevo está igual de bueno
- Pero no liga igual
No sé muy bien a qué se refieren. Mi mar sigue menguando, se me han puesto bigotes de gato.
- Límpiate la boca- me dice alguno de ellos.
-¿Puedo repetir?

Espeso, el ajo blanco. Líquido y refrescante como ninguno: gazpacho. Con uvas de la parra, con pasas de Corinto, con dados de melón y de manzana, con pan migado ahogándose de gusto...
Verano que añora el invierno y a la vez se festeja en la  boca.

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