Piedras
"No eran mágicas las piedras del camino" pero él sabía leerlas. Unos días le decían:
- ¡Míranos!- y él las veía brillar con un aire ondulante sobre ellas.
Los días de lluvia las veía esconder el agua entre sus huecos, sedientas y ansiosas, sin dejar ni un charco a la vista.
Los días fríos de enero llamarlo con el sol del medio día:
-¡Acércate! ¿No quieres calentarte?
Cuando tuvo miedo las oyó susurrar:
- Cógeme, haré el trabajo sucio.
Cada día un mensaje. Cada día más cerca.
Con ellas construyó su casa. A su muerte enmuecieron.
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