De sal ...y otras locuras

"Siempre se llora de más sal". Se queda en las gafas como puntitos blancos que  delatan las lágrimas. Toda la sal que echaste de más en la ensalada se escapa por los ojos. 
En el río Araguaia, repleto de yacarés, el agua se vuelve ligeramente salada donde habitan. La carne de los peces es allí sabrosa por tanto exceso. 
De pequeña vi en una película que los vaqueros chupaban piedras para no morir de sed en el desierto. Me aficioné a chupar los pequeños guijarros de la playa para saborear su sal. ¡Normal que tuviera tanto exceso de lágrimas! 
Al crecer tierra adentro, a falta de guijarros nos chupábamos la piel. También está saladillo el sudor. Sudor de carreras y risas. Más de un brazo probado para corroborar tan sabrosa experiencia. Salado sudor en su justa medida. 
Debe llorar el mar allí donde te sueño. Salgo del agua y siempre se llenan mis pestañas de polvo blanco de sal que las alarga.

Comentarios

  1. Si bien soy consciente de haber probado la sal del cuerpo en algún momento de mi niñez, no recuerdo que ello supusiese el andar todo el día con la lengua fuera de aquí para allá. :)))))

    Lo de llorar el mar y alargar las pestañas, te ha quedado muy acertado.

    Abrazos Loles.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares