Se esconden

Mi cabeza sigue trabajando.
Sin permiso, sin descanso.
Rescata evidencias del olvido.
Establece nuevas conexiones.
Y yo en medio de un mar de cables enredados. Buscando enchufes que coincidan. En una mano una alargadera  de antena trasnochada. En otra, una mueca de pregunta. De fondo la duda, tono oscuro. Ni frío,  ni calor, ni buena o mala compañía.  En esos recovecos estoy sola. Disimula, habla bajito, no me mires de frente, que se esconden.

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