Trofeos

Le doy vueltas a la relación primera. Esa que tienes con tu madre en el momento que ves la luz.

¿No  te puedes acordar? ¡Yo tampoco!

Tal vez, si me fijo en los recién enamorados pueda suponer lo que fue ese acogimiento primero. Lo que es el uno para el otro. Las ganas de ser abrazado, anidado por la sonrisa del otro. Luego vienen las rozaduras, esas que hace el roce,  hasta con tu madre las tuviste. Y si la madre se ocupa más de atender a sus miedos que a los tuyos, algún que otro chichón o descalabro. (Júntalos con los que te haces tú aprendiendo a andar y nadie atiende). 

¿Esa relación primera es la que intentas ofrecer cuando dices "te quiero"? 

No sé . Me da la impresión de que  lo que que queremos decir cuando decimos te quiero, es "gracias", porque algo de lo que sentimos con la otra personas nos evoca a aquello que recibimos en brazos de nuestra madre.  Me da que a menudo creemos que amar es eso que recibimos de pequeños, y nos causa desazón cuando no lo tenemos, aunque alguna de esas identificaciones luego nos duela

Vuelven las rozaduras (las que nosotros provocamos y las que provoca el otro), es inevitable. Para el otro "te quiero" creo que hay que aceptar mucho, con emoción, como la de sostener a tu hijo recién nacido (para mí han sido el mejor de los regalos).

Tendremos que aprovisionarnos de tiritas y barra de árnica mientras conseguimos acoger y acogernos por entero. Tampoco es tan malo. Una tirita es un trofeo de niño valiente.



Comentarios

  1. Relato no exento de profundidad y realismo...

    Y ese toque tan personal tuyo. (Aquí no cabe decir eso de año nuevo, relato nuevo. Todo sigue igual... jajajajjajaja)

    Abrazos Loles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo he pedido un poco de inspiración, que ya me gustaría escribir algún relato relato, más que una reflexión de chimenea. Un abrazo Ernesto

      Eliminar
    2. Hola hola Loles.
      Me reafirmo en la primera línea de mi comentario...
      Ya la segunda, más informal y desenfadada, pretende hacer mención a tu personal modo, en ocasiones, de presentar los temas. Cada quien tiene su escuela. :))))))
      Abrazo.

      Eliminar
  2. Y que lo digas que una tirita es un trofeo. Un trofeo de amor en estos casos. Besos :D

    ResponderEliminar
  3. Vaya reflexión, la lógica que suele pasar desapercibida. Esos primeros momentos de nuestra vida, de todas, que desde el primer instante estamos unidos a quien nos tuvo en sus brazos, el roce de protección, de alimentación, la primeras caricias que luego la vida nos pasa el testigo nosotros y así hasta...
    Me parece genial. Tantos tratados y tú lo desarrollas con total naturalidad.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Luz! Debe ser naturalidad inducida. Tengo quien me hace pensar. 😉 Un abrazo!

      Eliminar
  4. me encanta como escribes te admiro jamas analizaria ninguno de tus escritos porque al analizarlos se rompen se les quita la magia A LOS ESRITOS. cuando se hacen preguntas como las que te hacen es ABSURDO

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo aprecio las observaciones que me hacen. es un aspecto de este tipo de escritura que me hace sentirme cerca del que me lee. Pero no es necesario que leas los comentarios si no te aportan nada o si te parecen absurdos.
      Me alegra que te guste lo que escribo, comentarista anónimo. (A mí me gusta saber con quién hablo.)
      Saludos

      Eliminar
  5. Ahí andamos, como huérfanos con sandalias apretadas que nos donó la caridad.

    Un abrazo, Loles...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares