La boca y el cuerpo

Su cuerpo no es suyo. Se lo robaron de pequeño. Tal vez por eso su madre le mira y no le ve. Tal vez por eso se le queja el cuerpo sin venir a cuento de nada. Cosas de su cuerpo, protestón y malcriado.

Podría ese cuerpo prestado haber nacido con boca para quejarse, pero debió ser la boca lo único que no le cambiaron. ¿Cómo protestan los bebés, los que no saben hablar? Llorando.

Pues en eso y en otras cosas andaba la boca intentando enseñar al cuerpo a decir de forma más clara, que no más contundente, lo que quiere.

No le está siendo fácil. Le machaca. Tanto que ni dar besos quiere. Cuando consigue despistarlo, esa boca regalona  se lanza a crear paisajes. Otras  hace burlas, le saca la lengua al dolor o se esconde tras colores y retazos que saca del desván de su casa.

Tal vez no tenga tan mala sombra como parece, y lo único que hace es reclamar la caducidad del préstamo, pero ¡Qué esaborío! ¿Es que no sabe pedir las cosas de otra manera? A él, inocente, se le retuercen las entrañas con tanto suplicio.

¿Pero quién sería ese que le cambió el cuerpo? ¡Ay,   como lo pille!


Comentarios

  1. Pues vaya faena cambiarle el cuerpo, y vaya faena que su madre no le vea o el cuerpo se le queje.
    Besos :)

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    Respuestas
    1. Algunas madres ven a sus hijos idealizados y se llevan el chasco cuando no dan la talla. Otras, en el otro extremo, actúan como si fueran invisibles. Nos nguna los ve. Qué faena, sí!
      Un abrazo Margarita

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  2. Idealizados e invisibles!

    Entre medias los "naturales". Por ejemplo, ¡servidor! De lo más "pichi"... jajajajjajaja...

    Abrazos Loles.

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