A plazos

 Cuando no te alcanza para lo que quieres siempre existe la opción de obtenerlo a plazos. Y así ocurre cuando nos falta valor . Vamos aplazando decisiones. Desplazando el objetivo a un segundo plano, a veces casi se pierde el rumbo a plazos, como por despiste... Se queda muy atrás en la lista de los pospuestos y a veces se traspapela antes de que le toque de nuevo su turno.

Le pasó a Curri con uno de los novios que tuvo. Fue aplazando decisiones, por no tomarlas todas de golpe. Que decía su familia que para qué, pudiendo hacerlo a plazos, que es un sin sentir si le das los suficientes. Entonces compró un colchón. Empezó a comprarlo en pesetas y acabó casi cuando lo tenía para cambiarlo, en euros de todas las nacionalidades.

Lo peor no fue eso. 

No quería dar los besos de una vez

- Para saborearlos mejor- le decía a su chico.

El chico, con tanta espera se aburría muchísimo y cambió a Curri por otra que en cuanto le decía "ven" lo dejaba todo, todo. Hasta la ropa por el camino.

No por eso Curri dejó de aplazar algunos detalles a troche y moche. A su primera entrevista de trabajo llegó con un ojo maquillado y otro sin maquillar. Estaba delgada como modelo. Siempre aplazaba el postre para la cena y la cena para el desayuno. 

Luego fueron otras cosas, menos visibles pero notables.

Cuando por fin encontró la horma de su zapato en lo que a pareja se refiere, le bastó poco tiempo para darse cuenta de que esa perseverancia en diseccionar todo en tramos y tomarlos de uno en uno, podía ser, también, desesperante.

Si decidían, pongo por caso, salir a comer a un restaurante, con suerte tomaban el café de la sobremesa a la hora de las copas nocturnas. Cuando pensaron  que no les iba bien, iban aplazando cada momento del día al siguiente, a ver si ahora... y al siguiente,  que hay que vivir el presente, y al siguiente, que a la tercera va la vencida... y después de muchos siguientes... 

- ¿¡Pero qué era lo que yo estaba intentando!?- El runrún seguía sin poder diagnosticarlo.- Entonces se proponía trabajar la memoria para acordarse, pero las dosis de entrenamiento eran tan pequeñas, los ejercicios tan escasos, que acabó acumulando malestares: su desmemoria y su no sintonizar con su contrario. 

Desgracia llama a desgracia, o eso pensaba Curri que no conseguía poner el foco a más de medio metro metafóricamente hablando.

Si él decidía ahorrar para comprarse la moto  como la del vecino, cuando conseguía tener para la entrada, ya se había descatalogado.

Se hicieron los dos especialistas en eso de los plazos pensando que era lo más natural. Ella fue madre a plazos: el primero se llamó Ramón. La segunda Fiona, estaba de moda Shrek. Y sólo ejercía su maternidad a la hora de las comidas y a la de cambiar la ropa de invierno por la de verano. 

Él fue trabajador a plazos también. Le sobrevino un ERTE,  no le quedó más remedio.

Curri ha cambiado mucho. Se ha vuelto pizpireta. Dejó a su Plácido esperando a que ella cumpliera con  el débito conyugal, que le iba tocando. 

Ahora no tiene pareja, al menos ninguna estable. Ha vuelto a aplazar  esa carta que había prometido a su hijo y la salida de tiendas con su hija, (porque sigue siendo madre a plazos), pero se está espabilando: los besos los da de una vez y los platos de cocido no le duran ni una sentada.                                                             



Comentarios

  1. Cuanta razón tienes. Uno va aplazando en la vida cosas a veces sin sentido. Pensar y hacer seria maravilloso. Posponemos por fiaca o por miedos clandestinos
    Tu texto Una maravilla preciosa chica escritora

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    1. Lo de los miedos clandestinos... Qué pena no verlos de frente! La de tonterías y plazos que nos ahorraríamos! Un abrazo Mucha

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  2. Los plazos a veces nos facilitan la vida siempre que sea materiales. Pero en cuestión de sentimientos es mejor no aplazar y dar amor siempre. Un abrazo y gracias por tu visita.

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  3. No, tu creatividad no va a plazos. Toda de una sentada.

    Mis abrazos también. :))))))

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  4. jajajajaja me has hecho recordar a alguien...
    y sí, me aburría soberanamente...
    😂
    Besos ,Loles.

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  5. A veces a plazos, y otras con ansia. Ahora mismo estoy psicoanalizándome, a ver si soy como esa Curri.

    Por cierto, pensando ahora, me doy cuenta de que, en realidad, quien compra a plazos es porque no puede aplazar el ansia o necesidad de tener algo. Paradójico, ¿no? Ahí te lo dejo.

    Un abrazo, Loles.

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