El águila y la urraca

Una urraca, cansada de volar sin llegar lejos, se apostó cerca del nido de un águila.
- ¡Oh, reina y señora de las aves! ¡Oh, su alteza serenísima!
El águila, asombrada de semejante saludo, se volvió y preguntó con sorna
- ¿Acaso tuve  lacayos vez alguna?
- Estaba hablando metafóricamente- replicó el avecilla.- Es que siempre admiré vuestra forma de volar, de dominar las corrientes o de lanzarse en picado a por alguna presa.- Y luego continuó como sin darle importancia. 

- Mi vista no es tan aguda como la suya. He venido por ver si podía aprender algo del arte de volar al estar más cerca de usted. Me perdonará si no le tuteo, pero es que el tamaño me aturrulla.
El águila se rió con la ocurrencia.
- ¿Y para qué quieres imitarme? No tienes el porte de mis alas ni la estatura de mi cuerpo. 
- Me gusta lo que brilla- fue toda su respuesta.

- Mira- le dijo el águila- te propongo una experiencia. Volarás agarrada a mi lomo. Cuando lleguemos al punto más alto seguirás tú sola el vuelo. Es lo más que puedo hacer para acercarte a eso que te gusta tanto.

La urraca se agarró con fuerza a las plumas de su cuello e iniciaron el ascenso. 
El águila volaba tan rápido y tan alto que el frío le helaba los pulmones. 
El sol, con el aire tan límpido, cegaba su vista, pero su alma de urraca lo quiso para sí.
- ¡Llévame al sol!- rogó gritando.
- No sabes lo que pides. Además, no podría. He de volver. 

La urraca siguió sola pero el círculo de luz se volvió anaranjado y poco a poco se despidió tras la campiña como un ascua jugando al escondite.

El ave, exhausta, descendió como pudo. Encontró en un charco el reflejo de la luna y le dijo altanera:
- ¡Para qué perseguir al sol, cuando te tengo a mi alcance para mí entera!
El águila, en su nido, soñó con ella y sonrió entre sueños.





Comentarios

  1. Un cuento con mucha miga, Loles. De él se pueden extraer diferentes lecciones de vida, distintas conclusiones. Me quedo dando vueltas entre la resignación y la aceptación, entre la fuerza para intentar siempre algo nuevo y la responsabilidad de conocer nuestras capacidades, entre la admiración y la envidia (en su mejor cara), y más...

    Besos

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  2. Qué bonito cuento, me ha gustado mucho Loles, como también me encanta tu blog, y aquí estaré para leer tus publicaciones.

    Gracias por visitar mi rinconcito.
    Un beso.

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