Mariquita la cantaora

Mariquita Poniquita era telofonista de pueblo-
-¿Villa?
-Dime Torre
-Ponme con el 320
- Está comunicando
Y Mariquita, desde su puesto en Villacarrillo oía en off a su compañera pidiendo que lo intentaran más tarde, que estaba comunicando.
Mariquita era tuerta. tenía un parche de pirata. Lo llevaba con orgullo, porque era orgullosa. Muy orgullosa. Con ella no hubiera hecho falta inventar la medicina psicosomática pues ella misma, conscientemente, se provocaba sus lesiones.
Lo del ojo fue un día que al entrar a su casa encontró una camisa de mujer tirada en la entrada.
-Pues no es mía y está usada. ¿Qué es esto?
Siguió decidida por el pasillo. La puerta entreabierta de su dormitorio dejaba ver dos cuerpos en plena lucha amorosa. No quiso saber más. Volvió sobre sus pasos y salió del piso.
-Alguien ha entrado en mi casa y no soy yo ni mi bendito marido, que jamás haría algo así para que yo lo viera. -Y como para convencerse se arrancó un ojo. Eso sí, con la precaución de hacerlo en la puerta del hospital.


Cuando era pequeña quiso pegar a su hermano. Y quién no hubiera querido si se pasaba el día espiándola mientras se bañaba o se cambiaba la ropa...Pero era tan buena, tan santa, tan pía, que en vez de pegarle, o para no hacerlo, se pilló voluntariamente una mano con la puerta. La solución fue quitarlas y así, al ser inevitable el que todos se vieran, perdió la animadversión fraterna.
Qué lista era.

Su primer novio le metía mano y no siempre le agradaba. Ella no quería delatarlo porque hubiera sido como reconocer que era tonta, que estaba con un abusón al que no era capaz de poner freno. Se pinchaba en las cuerdas vocales para no poder contarlo ni a sus mejores amigas, hasta que el novio se enamoró de una pelagarta que le iba la marcha a todas horas y la dejó plantada sin pena ni gloria. Aquel día Mariquita se apuntó a una coral y se hizo soprano.

Tuvo la oportunidad de trabajar en la capital. Pero le pareció un despropósito alejarse tanto de su familia. Aunque tenía tres hermanos, eran todos varones. ¿Quién se iba a encargar de sus padres?.
Fue la precursora del puenting.
-Si valgo para esto, me voy a la capital porque valgo para cualquier cosa- Se dijo
Pasó lo que tenía que pasar: Calculó mal la elasticidad del arnés y se partió una pierna al caer desde dos metros de altura en mala postura. Nunca salió de su pueblo.

- Mariquita, está linda la mar y el viento...
- Eso no es así, además no es tuyo sino de Rubén Darío
-¡Hija, qué poco romántica eres!
Y Mariquita miraba a su marido con el ojo tuerto y le decía con su voz de soprano
-¡Haberte casado con otra!









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