Un lugar en mi vida

Me han preguntado qué lugar ocupa la escritura en mi vida.

Debe ser un lugar pequeño (no le dedico tanto), casi una isla de un archipiélago perdido. Durante una gran parte de su existencia el mal tiempo, las tormentas  o los vientos huracanados parecían ser su tónica climática. 
Estaba ahí, como un flotador, para intentar salvarme. Pero no me servía gran cosa. Se suponía que había que ser amable con los que te quieren, y lo único que conseguía sacar en claro de mis textos era que no me gustaban aquellos que me pedían que lo fuera. Como no sentía el agradecimiento que me llevaría a la amabilidad,  no me resultaba fácil salir de ahí.
Creo que de fondo, fondo, estaba la suposición bien alimentada de que para querer a alguien tenías que querer lo mismo que el otro, pensar igual que el otro, tener su misma visión de la vida. Tener distintos sentimientos ante una misma situación también era motivo de discordia, ¡vaya por Dios!

Luego  empecé a tener amigos y descubrí que escribir tenía una vertiente menos isla. Se podría decir que se fue convirtiendo en una península. 
Lo mejor de que se convirtiera en eso es que de vez en cuando recibo visitantes. Algunos son asiduos. Otros sólo vienen por equivocación o  muy de tarde en tarde. 
No diré que  a todos recibo por igual. Sería mentira. 
Es que  este territorio es mi jardín, también mi selva. Me vuelco en él con todo lo que soy, ese constructo que tiene cien mil aglomerados adheridos. Esa parte jardín que cuido con esmero y esa otra salvaje aun sin explorar  que crece como quiere y tiene, estoy segura, mucha fuerza. A veces es difícil desnudarse sin quedar tiritando.
Los que me leen y me sigue visitando... Será que me quieren por su capacidad de amar, que no es que yo haga nada para merecer tanto.

Así pues: ni tan isla, ni tan jardín, ni tan selva... no es muy extensa en tiempo, pero sí en importancia.


 

Comentarios

  1. Utilizando tus palabras, que no jugando con ellas, cabría decir que "Loles al desnudo hoy" no creo que haya supuesto tiritera alguna... Por lo menos a nivel físisco :)))))) Ya a niveles más profundos, a juego con la profundidad expuesta, cabría decir que, como el valor en el ejército, se le supone!

    "Será que me quieren por su capacidad de amar, que no es que yo haga nada para merecer tanto."...

    De igual manera que una moneda tiene dos lados, cara y cruz, si escogemos uno u otro de ellos, la cosa puede quedar así..., de estática:

    - "su capacidad..."
    - " no es que yo haga..."

    Pero si ponemos la moneda de canto, a partes iguales o parecidas, ésta rodará... ¡Y llegará lejos!

    Se aprecia que la escritura tuya va agrandando el itsmo de tu península.

    Abrazos Loles. Bonito finde!

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  2. ¡Gracias Ernesto! ¡Pues a rodar!
    Es verdad que cuando publicas (aquí o donde sea) te abres a los otros. Es muy interesante saber si tiene algún tipo de eco. Me ha pasado alguna vez, dirigiéndome a los padres de mi colegio, incluso a mis alumnos, que me ha dado un poco de vértigo. De repente te das cuenta de que has captado su atención por entero ("Señor, Señor, que no diga ningún disparate" es lo que se me viene entonces).
    Aquí es más que, de repente, te ves en lo que escribes. Si aprendes a leerte, escribir te permite descubrirte. Y en eso (descubrirnos a uno mismo y a otros) siempre estamos.
    Un abrazo

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  3. De alguna forma aparecí en esta historia tuya, como uno de esos visitantes que, de vez en cuando, visita esos territorio literarios tuyos. Creo que me interesan más las circunstancias de los escritores que las de los personajes que crean, si lo cuentan bien. Fue interesante saber acerca de tus ínsulas y penínsulas. Un abrazo, Loles.

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