Al estilo de las matrioskas.

 Iba cumpliendo años. Casi sin percatarse, iba dejando bajo su nuevo aspecto, sus modificaciones de carácter, su antiguo yo. Cuando llegó a la edad adulta tenía un arsenal de ellos bajo la piel. 

Creía, ingenuamente, que estaban guardados a buen recaudo, allá adentro,  como antiguallas en un desván. Que sólo volvería a verlos si rebuscaba con ahínco...

Conducía de vuelta a casa. Llovía a cántaros. El tráfico se hacía cada vez más lento. Había muchos coches en doble fila.

-¿Es que te crees que la calzada es tuya? ¿No ves que estás formando un tapón de tres manzanas?- Le dijo bajando la ventanilla. Y luego, para sí: 

- ¡Hombre tenías que ser!- porque no se puede ser políticamente incorrecto. No todos los hombres son iguales, que los hay bellísimas personas.

No se caracterizaba por esos cambios repentinos de humor, y mucho menos por esas tonterías. Llueve, todo el mundo saca el coche para recoger a los niños a la salida del colegio, ergo hay atascos en las inmediaciones. Ocurre siempre que llueve. Todo el mundo lo sabe. Es mucho más fructífero ponerse al día escuchando las noticias, o planificar el fin de semana. Pensar en algo divertido o interesante para hacer con los amigos... Pero sale su yo respondón, el que hubiera sido guardia de tráfico para poder multar a los torpes o a los caras. ¡Con lo escondido que lo tenía!

Conoce una persona que le interesa, vamos, que está colada por ella. Le dice "miau" y le ronronea sin plantearse si le apetece, si está de humor... Luego, le recrimina:

- ¡Tú siempre pidiendo!- Pero fue su miedo el que respondió a la demanda... ese que ocultó creyendo que no la querrían si no daba lo que le pedía su madre. ¿Cómo es que habría salido sin su permiso?

-Que no salga el monstruo del pánico. Que no salga el monstruo del pánico. Que no salga el mostruo...reza cuando siente que su corazón de limón se exprime haciéndose más pequeño pero omnipresente.

Otras veces sale la díscola. La cabezota, la ausente...Casi siempre en los momentos más inoportunos. ¿Por dónde se escapan? ¿Dónde están las pasarelas de sus adentros? ¿Será que se hace vieja? ¿Se estará resquebrajando? Tal vez hayan salido siempre y es sólo que ahora no se lo oculta a sí misma. ¡Cuántos yoes superpuestos! Saber quién saca a bailar a cada uno es saber con quien se anda. Estar contenta con el que sale según con quién... un lujo



Comentarios

  1. El símil de las matrioskas puede servir... Si me aclaras por dónde empezamos.

    ¿Empezamos por la pequeña, al nacer, y vamos aumentando, o es al revés? ¿Según crecemos vamos "menguando"... el "yo"?

    Espero...

    Abrazos Loles.

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    Respuestas
    1. No sé si aumentan o disminuyen. Creo que hay facetas que son nuestras, y aunque crees superadas, salen cuando menos te lo esperas.
      Algo así como el que nace lechón muere cochino. No sé si el "yo", o su esencia, pueden crecer o menguar.
      Un abrazo Ernesto

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    2. :)))))))

      Por abrir la boca, que en ocasiones es un placer, aunque lo que digas tenga poca relevancia...

      Del "lechón", solo me interesa el de Ávila... Troceado con un plato como manda la tradición!

      Del "yo", que si bien "nace" bastante limpio aunque con lecciones por trascender, se va "contaminando" según crece. Cosa "normal". Y es en ese devenir, que le van surgiendo las lecciones... Unas las supera, como un curso de estudiante, y otras no. Con el hándicap de que lo que se "había " propuesto hacer, hace menos. Y de lo que se "había" propuesto ¡no hacer!, acaba haciendo.

      Resumiendo: en el debe y el haber de cada persona, no siempre cuadran las cuentas a la hora de partir... De ahí la vuelta y vuelta al ruedo "nacional" :))))))) que muchos experimentamos!

      Un placer. Abrazos Loles.

      A este proceso se le llama: Karma y Reencarnación.

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  2. Un relato intenso Loles..puede leérselo desde el lado del humor también , pero da que pensar,..en todo lo que encerramos bajo llave dentro nuestro, desde que nacemos, y lo que el contexto va sembrando en nosotros sistemática y progresivamente , la familia, los amigos, los amores...todo y todos esperan algo de nosotros que quien sabe si es consecuente con lo que en verdad anhelamos, con lo que somos.. y la otra pregunta es si en verdad nos conocemos y tenemos un propósito de vida real, nuestro, no inyectado por nadie. Muy interesante tu entrada, te dejo un abrazo!!!

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  3. Gracias Eli! Siempre hay algo que desconocemos de nosotros mismos. Es precisamente la relación con los otros la que, si sabemos leernos, nos informa de cómo somos.
    Un abrazo fuerte

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  4. Ahí andamos, con los años, todos enmatrioskados. Igual por eso los jóvenes me cautivan, porque son libres y directos, felices y despreocupados; igual por eso mismo me empachan, o quizá es que les envidio.

    Había en esta historia algo más prosaico de lo habitual, aunque siempre intuyo que algo escondes, algo que no acierto a ver, dentro de alguna de tus matrioskas.

    Un abrazo, Loles.

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