Cosas de extraterrestres

Cayó en aquella familia de la que no entendía casi nada, como podía haber caído en cualquier otra. 
Justo antes de nacer se dio cuenta de que ella no había elegido su destino. A diferencia del resto de recién nacidos, ella olvidó seleccionar color de piel, zona geográfica o estrato social. 
Se quedó embobada viendo unos puntos de luz que parecían enviar señales morse contra un fondo muy oscuro e inmenso. Se le tenía que haber pasado entonces, porque no encontraba otra explicación a la sensación de desubicación tan permanente.
Casi todos los niños de la guarde parecían contentos con sus familias. No es que ella no quisiera a sus padres o a sus hermanos es que no les entendía.
Había aprendido todas las palabras de su entorno pero a veces le causaban tanta confusión que prefería asistir a ciertos escenarios con tapones para los oídos.
Por ejemplo, su madre se encontraba con alguna señora elegante, y veía cómo se saludaban afectuosamente. Siempre le pasaba con la mamá de Pepín, con el que  solía jugar a ser exploradores. Pero luego, en casa, oía que esa familia...era ...de menos categoría.
A ella la mamá de Pepín le gustaba mucho, y aunque eso de la categoría podía ser otra cosa, no le sonaba del todo bien. Pensó que era imposible que su mamá hablara mal de alguien que era tan cariñosa con ella y, para evitar confusiones, decidió ponerse tapones cada vez que su madre llegaba a casa. Porque ¡claro!, ¿cómo saber cuándo su mamá decía algo importante, tan importante que ella tuviera que aprender para poder se feliz? Era eso de lo que se trataba ser padres, ¿no? Mucho mejor fijarse sólo en sus actuaciones.

Total, que creció tapándose los oídos en cuantito alguien parecía ser un poco contradictorio. 
Se fue haciendo mayor y cuando algún compañero no hacía las tareas, veía a Don Fulano manotear, enrojecer o alterarse, como si le fuera la vida en ello. ¡Pobre don Fulano! Le daba tanta pena verlo así que ella siempre llevaba las tareas hechas, aunque alguna vez rellenara las cuentas de dividir con cifras aleatorias para evitarle el sofocón.

Cuando fue mayor tuvo un novio al que tampoco entendía. Lo intentó con los tapones. Se partía de la risa.
-¡Ay Fernan! ¡Pero qué divertido eres! Me encanta que te pongas así conmigo. Es como ir al teatro, solo que es gratis y cuando menos me lo espero. Porque yo sé que me quieres y que nunca me dirías nada que me hiciera sufrir, pero es que interpretas tan bien el papel de papá enfadado que da gusto verte.

- Mi Fernan es que es así, le gustan las sorpresas. Y yo encantada con un hombre como este.- Solía comentar en el corrillo del parque.

Ella entraba y salía, planeaba y decidía y en cuanto a Fernando se le cambiaba el semblante, ella se ponía los tapones. Total, lo que decía nunca se correspondía con lo que sentía, eran simples desahogos de momentos sin sabor. Y ¿para qué preocuparse? Con que ella le dijera que esta vez había conseguido asustarla, que no le gustaban nada su reacción, o le hiciera un desplante, él le pediría perdón y la cubriría de besos.

Nunca hablaban  de nada que no fuera de carácter organizativo, si Fernando sentía que le llevaban la contraria, tenía que sacar los tapones. Sus conversaciones se parecían más a los monólogos del club de la comedia que a diálogos de verdad. Eran...¿Cómo decirlo? Como la vida misma, porque las palabras, por fin lo había entendido, fundamentalmente servían para ganar.  Para que no le afectaran palabras tiranas ni malas artes verbales, hizo de los tapones su leitmotiv: "Ponga una sorda en su vida" 
Lo que ella no esperaba es que su Fer estuviera  un poco teniente.  Al cabo de los años se fue con la más hermosa de la pandilla.  ¿Entendería "Ponga una gorda en su vida"? 
Ni con tapones entendería nunca nada. Cosas de extraterrestres.

Comentarios

  1. Lo malo de ponerse tapones es el riesgo a dejar de escucharse uno mismo... y perder la oportunidad de hacer oír su voz.

    Ni tan de extraterrestres estas cosas, pero eso ya lo sabes. De ahí la ironía.

    Besos!

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    Respuestas
    1. Jajajaja, más de uno querría que nos pusiéramos tapones y le riéramos todos sus desaires.

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    2. Que bonita entrada.Me haces sonreir dices muchas verdades juntas querida. Detrás de tus letras hay una cantidad de palabras maravillosas que las largas por donde vas. Desde tus textos a tus comentarios maravillosos
      abrazo

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