Perlitas de mi clase.

Me río cuando Íker me dice, por ejemplo:

-Seño, ¿y esos pasatos? ¡Son feos!

Los miros (unos Oxford sin tacón). 

- Es que mis zapatillas son mucho más bonitas, ¿verdad? ¡Vaya! ¡Pero las tuyas son preciosas!

Ahora es él el que se  mira los pies. Después me mira a mí con una gran sonrisa y un poco de chulería:

- Sí.  Me las ha comprado mamá.- Es lo más irrefutable. ¡Cómo competir con eso!

 

Debería apuntar todas las cosas que me hacen reír con ellos. A veces son preguntas. Por ejemplo si vivo en el colegio o si yo tengo mamá. Sus caras son de genuina sorpresa cuando les contesto. Otras son la cantidad de palabras y expresiones que me copian: Chato barato, Doña Cutufina, un momento cara de cuento, que los que no vienen al cole son  más chicos que un huevo (y ellos van ya al cole de los grandes. Algunos llegaron con dos años en septiembre),  eres un máquina- de las matemáticas, o un ¡toma ya! por algún acierto. ..y que saben meter en contexto a la perfección. 

Luego están las veces que alguno me dice que se quiere ir con mamá. Les suelo contestar que yo también.

- ¿Con la tuya?- casi siempre lo dicen con cara de extrañeza

- No, no, con la tuya. Y nos vamos a la playa o a la piscina, tu mamá, tú y yo. 

Es suficiente para que empiecen a sumarse los otros y organicemos una tarde imaginaria todos juntos. Tres o cuatro minutos soñando son suficientes para que se les pase la pena y sigamos con lo que estábamos. 

¿Cómo no me va a gustar mi trabajo?