"Divide y (te) vencerás"

Hacía frío. Las nubes se perseguían alejándose de la tierra. Por fin se hicieron compactas, mullidas y brillantes como un algodón de feria. Suspiró. No conseguía entender nada:

Por qué las mujeres tenían tanta necesidad de cosas: ropa nueva cada temporada, zapatos para cada ocasión, ocasiones para la ropa nueva, esmaltes, pinturas, complementos, arreos para la casa...

O los hombres, aparentemente tan básicos en lo diario, y tan necesitados de lo último en tecnología o mecánica.

¿Y la comidilla de los famosos o de los políticos? ¿Qué era lo que les proporcionaba?

Las nubes empezaron a cargarse. El día se volvió plomizo y su ánimo, tal vez a menudo ausente de esas ocupaciones cotidianas, se volvió pesado un rato. 
Se acordó de Iván, con el que aprendió ruso y a saborear la vida. También de una de sus frases preferidas "divide y vencerás" y cambió la gravedad aplastante por la fantasía.
Para poder saborear las cosas...divide y vencerás. Pero ¿cómo?
- Ensayo y error- resolvió. -Al ataque.

Empezó por la ropa. No es que le entusiasmara lo de pensar en el atuendo, pero se trataba de ver si dividiendo podía ganar algo. Así que eligió la acepción de fragmentar, sacó las tijeras y empezó acortándose los vaqueros. No había sido una opción de riesgo, tampoco resultó muy elegante, pero frescos sí que se habían quedado. Ponibles en verano también.

Una de las dos sandalias la convirtió en chancleta. La pareja la dejó intacta hasta decidir cuál era más cómoda. Decididamente fue mala idea. No era fácil recuperar la que estaba recortada, que se empeñaba en salir disparada por menos de un pimiento.  Así que empezó a cojear a propósito. Si conseguía acostumbrarse a ir a la pata coja no tendría que llevarlas al zapatero, ni comprarse otras.

Era agotador. Una de esas veces en que tuvo que parar de extenuación, una señora de un barrio bueno le aconsejó que se acercara a los servicios sociales, donde al menos le darían una ayuda por la minusvalía. La señora se fue comentándole a su madre, que estaba bastante sorda: - "Chica es que no se organizan, hay que decirles todo porque no saben aprovechar las oportunidades. ¡Y el caso es que no tiene mala pinta!..."
La cosa empezaba a ponerse interesante. ¿Mira que si le daban una paguita por coja? Por fin podría hacer ese viaje a las antípodas con el que soñaba desde joven. Al menos una victoria sería.

De la emoción se le olvidó lo de hacerse la coja y cuando llegó a la oficina lo más que consiguió fue un par de alpargatas nuevas.

Probaré con otro de los significados. Dividir es...¡repartir!

En cuanto llegó a su casa sacó libros relacionados con su oficio.  -Total, para lo que me queda para jubilarme aunque no los consulte no hay miedo. - Después de cuarenta años de profesión, muchos de ellos estaban obsoletos. Los llevó al contenedor de papel. Luego preguntó entre sus compañeros si alguno estaba interesado en el resto. Los pocos que quedaron en la caja fueron directamente a Madre Coraje.
Algo le decía que no era eso, que no se trataba de dividir las cosas, sino de dividirse a sí mismo, ya que el problema era su percepción de las cosas.
Entrenó su ojo derecho para ampliar el campo de visión, mientras mantenía el izquierdo cerrado. En internet había oído que haciendo gimnasia ocular se podía hasta recuperar la agudeza visual perdida. Luego se aplicó al izquierdo.
Fue un entrenamiento de meses al cabo del cual tenía movilidad y visión independientes en cada ojo. 
Podía ver desde su perspectiva y a la vez desde la de alguien que estuviera situado a alguno de sus dos lados.
Luego recordó la asociación de colores a algunas emociones. Se dijo que quería sentirlas en su estado más puro, no revueltas y desencadenadas en fracciones de segundo por sus más rápidas ideas o juicios de valor.
Hizo meditación , mindfulness, terapia cognitiva, yoga, ballet y cualquier cosa que liberara sus caderas (que ya se sabe que quien las tiene ágiles y flexibles puede expresar sus emociones sin tapujos). Después de varios años se convirtió en camaleón:
Su cuerpo se ponía rojo de ira, verde de envidia, amarillo de celos, cada vez que acertaba y daba en el blanco, se volvía idem. Aunque eso del blanco era un poco confuso, porque a veces podía significar que se le había olvidado todo.
Cuando mejor se sentía estaba como una rosa, eso sí en tono pastel. Y cuando se sentía del montón, especialmente del montón mediocre, su piel se volvía gris como una nube amenazante y pesada.
No encontró a su media naranja, por lo menos nunca se puso de ese tono frente a nadie. 
Puede que le pillara mayor. Con tanto entrenamiento ¿cómo encontrar otro camaleón de su edad y tan humanoide que le acompañara? Pero vivir fue  una aventura en technicolor. Fue más vida y menos extrañeza. Ya nunca más volvieron sus antiguas preguntas. Dejaron de interesarle. Decidió entonces que había sido todo un acierto, y a todo el que le preguntaba el cómo de su nueva ilusión y energía, le decía sin perturbarse más allá de un rosa palo: "Divide y (te) vencerás"
Murió del color de los limones, pero no fue por celos ni por envidia. Tuvo un atasco en las vías biliares que le provocó una ictericia sin precedentes.


Comentarios

  1. ¡Un relato extraordinario! Me ha encantado :D

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  2. jajajjajajajaajaja...
    Buen finde Loles.

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  3. Cuando aprendió a mover los ojos independientemente ya apuntaba maneras de camaleona. Curioso el viaje de transformación que has trazado, de la insatisfacción, a mostrar las emociones por colores. Aún estoy dándole vueltas a ese viaje que pasa por la división. Un abrazo, Loles.

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  4. Tu protagonista hizo un interesante viaje de autoconocimiento, parece.
    No suele gustarme eso de "divide y vencerás", pero sí me gustó eso de mirarlo desde diferentes perspectivas. Lo tendré en cuenta.

    Disfruté mucho tu relato

    Besos

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    1. Es una forma muy particular de dividir. El dicho ciertamente suena regular. A mí me recuerda a los manipuladores 😖.
      Un abrazo Alis

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  5. jajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajja Está genial!!!!! Te has lucido con el relato Loles.. mmm a veces creo que estamos expuestos a este tipo de personas, tú lo has canalizado por el lado del humor. Fantástico!!!!Te dejo un abrazo gigante y bonito fines de Abril!!!

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    1. Hola Eli! Qué alegría que pases por aquí! Gracias por tu risa! Un abrazo fuerte!

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