De luz
No puedo cambiar, ni quiero, eso que eres.
Fuiste de luz. Porque contigo supe lo mucho que me han querido. Con sólo tenerte entre mis brazos, con sólo verte. Porque eres tú quien me hizo descubrir a cada minuto la fuerza de la vida.
Ya sabes que no soy nada especial en cuanto a madre se refiere. Entre todas mis limitaciones algunas son importantes, lo sé, no tengo dudas. Somos tan complejos, tan inabarcables que siempre andamos los padres escasos de algo que es vital para nuestros hijos. (A veces nos escaseamos a nosotros mismos de esas cosas, o, aun peor, no sabemos ni dónde conseguirlas).
Fuiste de luz. Eres de luz. También oscuridad. Ya sabes que hace falta contraste para poder ver los contornos, para poder ver (nos).
No puedo cambiar, ni quiero, eso que eres. Pero sabe Dios que quisiera verte libre de todos los dolores que llegan sin pedirlos. De la angustia que causan. Del miedo.
Es tan real tan bello lo que has escrito
ResponderEliminarque me has dejado sin saber que escribirte
Abrazos inmensos
Mellwgan tus abrazos. Gracias
EliminarGracias Mari Carmen. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarPues sí que te has abierto. Uf si pudiéramos evitar sus dolores y sus miedos.
ResponderEliminarHermoso...
Al menos hacerlos breves. Un abrazo Luz
EliminarUn vértigo lo de ser padre, madre. Yo, nunca me he atrevido a asomarme a esos abismos de, como dices, luz y oscuridad. Espero que todo bien, Loles; un abrazo.
EliminarTodo mucho mejor. Gracias!
EliminarUn abrazo fuerte