Imprecisables

 - ¿Y eso fue lo que te gustó? - y sonó a que le parecía poca cosa. 

- Me gusta la gente que parece honesta. - dijo encogiéndose de hombros-  Si luego resulta que lo son, no me decepcionan. También  parecía un buen colaborador. Es fácil confundirlos con los que persiguen  destacar de forma individual con más fuerza que el bien común. Cuando dejan ver que  le molestan los novatos o los que pueden hacerle sombra, se les ve el plumero. Esos sí que decepcionan.

Pero no me atraía mucho físicamente

- Eso....- y lo dijo como que no me lo creía ni yo

- ¡Tu tía Frasquita!

- ¡La tuya!. 

- ¡Pero si es que tenía un torrijón...! ¡Pero torrijón! ¡Si cuando se casó su hermano y comentó que "eso" (el sexo) le gustaba a todo el mundo me quedé a cuadros!- y siguió:

-En el discurso de entonces estaba el abuso del hombre-todo-instinto-desfogado, la mujer tonta-objeto-tan-distinta-del-hombre-sin-deseos-carnales-siempre-a-la-defensiva. la moral-puritana-sin-la-cual-poco-menos-que-fiera... En el de mi familia estaba que todo lo relacionado con las partes pudendas era una ordinariez y expresar los afectos o los miedos de forma bien visible, muy poco refinado. Yo que tragaba palabras buscando un mundo mejor donde fuera más fácil estar contentos y hubiera más justicia, me las tragué todas. 

- Te interesó tragártelas

- Seguramente

- Seguro

- Puede.

- ¿Puede?

- Es casi lo mismo, ¿no?

- ¡Casi lo mismo!

- ¿Lo mismo?

- ¡No!

Se pasaban el día precisando lo imprecisable, sacándole punta a lo vivido. En ese arte jugaba con desventaja. Su sacapuntas tenía la cuchilla puesta del revés: Mellaba las experiencias o se cargaba la punta, como pasa con esos lápices baratos, que cuando crees que ya la tienes se vuelve a caer. 

- Olvídate de las palabras- se dijo un día.- No son para tí. Tienes la vista.- Se mudó al tronco de un árbol. Utilizó la cuchilla para tallar madera. Vivió allí el resto de sus días. Melló todo lo que le dio la gana: ramas, uñas, rocas, viento... Destripó visualmente todo lo que sobre su árbol se posaba o bajo él se cobijaba: día, noche, luz, sombras, aguaceros, niños, adultos, animales.  A menudo se acordaba de las conversaciones con su amigo y todo el árbol  se hacía eco de la risa o del llanto, tan hondas eran las raíces de sus recuerdos. 





Comentarios

  1. has crecido tanto con tus letras !! recuerdo cuando recien te conoci eras otra persona.Me gusta tu cambio es maravilloso
    brindemos por la vida hoy abrazos

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  2. Sin duda un texto preciso, bien detallado y enraizado... en las "verdades del barquero" en lo que se refiere a la mujer en aquellos tiempos... Del cuplé, antes y después!

    Por otro lado sí que había algo realmente imprecisable... Sí entonces, en los mismos tiempos, antes y después. Y era/es el concepto de "Dios".

    Su realidad, de entonces, no se podía "precisar", pero eso no lo sabíamos en aquellos tiempos. Quienes ondeaban su "existencia", a fuerza de "hostias", pretendían enraizarlo en la sociedad.

    Abrazos Loles.

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    1. A mí me da que todo lo que rodea las relaciones personales y, en particular, la valoración de lo que es el amor de pareja (del bueno, del malo o del regular), es bastante escurridizo. Lo que a tí te satisface no tiene por qué hacerlo en mí y otras complicaciones derivadas de las mochilas personales que cada uno carga.
      Lo de imponer cualquier visión a base de mamporros...😖
      Un abrazo Ernesto

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  3. ¿Qué me estás viendo por un agujerito? como me suena lo escrito, ni que estuvieras aquí...
    Besos desde la España profunda.

    PD. Qué ganas de volver ya...

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    1. Hola Laura! Qué alegría verte por aquí! Ya mismo todos de vuelta. A mí me quedan seis días andando por el Camino. Después a trabajar!

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  4. Al final, no le queda a uno otro remedio más que el de la misantropía. Qué difícil, las relaciones y todo...
    Un abrazo, Loles.

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