Bajos fondos
La primera noticia sobre el interés de los bajos fondos le llegó con una pequeña diablura que se puso de moda entre sus vecinos.
La ocasión llegó al vivir cerca de las escombreras donde la gente tiraba los restos de obras y cristales rotos.
Rara vez eran de espejo, por aquello de que había que tirarlos a un pozo y echarte sal por lo alto si no querías tener siete años de mala suerte.
Pero ese año hubo una campaña anti supersticiones y algún desgraciado se atrevió a tirar pedazos de algún espejo medio velado, con la imprimación amarillenta por el paso del tiempo.
Los niños varones se atrevieron a coger algún pedazo y cuando las niñas que no eran del barrio pasaban, se ponían a su lado. Otro por detrás sacaba el espejo, se agachaba como para estirarse los calcetines y oteaba la oscuridad que quedaba debajo de la falda. Conseguir ver el color de las bragas debía ser casi imposible.
De cualquier forma el diálogo era más o menos este:
- ¡Fulanito te ha visto las bragas!- dicho así como para mofarse de tan ingenua chiquilla.
La pregunta que venía detrás, exigiendo la prueba irrefutable de que había sido cierto era:
- ¿Y de qué color son, listo?
- ¡Blancas!
La mayoría soltaban algo así como
- ¡Blancas las de tu hermana!- y alguna pedorreta o mueca de burla.
Las más atrevidas decían
- ¡Pues no, que no llevo!- seguido de algún gesto considerado más o menos obsceno.
Los bajos fondos quedaban muy abajo. Tan abajo que hizo falta que se inventara una especialidad médica en la que los especialistas fueran bajitos.
La gran sorpresa fue que los niños no venían de París sino asistidos por la matrona y el pequeño facultativo de manos seguras en su viaje a través de aquellos conductos tan proclives a la burla ajena y que tanta curiosidad despertaban.
Esos años pasaron. Las cosas no son lo que eran. Ya es imposible encontrar un rótulo que tenga la versión original en la fachada y la mayoría de los que ejercen el oficio son respetables obstetras, entre los/las que la talla dejó de ser un obstáculo.
Por cierto, me han hecho revisión de bajos fondos sin hallazgos dignos de mención.
Me he reído con estos bajos fondos, con tu relato a ratos costumbrista, a ratos surrealista.
ResponderEliminarMe alegra que todo haya ido bien en la revisión de bajos fondos. Jajajaja, es que me hace gracia llamarlos así.
Besos
Jajajajaja, a mí también me hizo mucha gracia la primera vez que lo oí. Un abrazo
EliminarNo sabía si atreverme a preguntar..., ganas no faltan dentro del desenfado que te gastas, pero las risas que haces con nuestra amiga Alís me anima a ello. Veremos...
ResponderEliminarLa pregunta. Y solo una, pues por hacer, tengo una retahíla... jajjajajjajaja...
¿Por "sin hallazgos dignos" te refieres a que no las llevabas? jajjajajjajajajajaja...
jajajajajaja, Veo que me metes entre las atrevidas. Jajajajajajjaja. Un abrazo Ernesto
EliminarPD. La siesta, a 43 gtados es de obligado cumplimiento, de ahí la tardanza en responder. Otro beso
EliminarLo que me he reído con los bajos fondos jajajaj muy simpático texto.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Gracias María, me alegra haberte hecho reír. Un beso
EliminarEres única con tus escritos No sé si reirme o sonreir, Se que me encantas
ResponderEliminarcon tu personalidad
Brindo por vos
y tu blog
hoy
Con la sonrisa o con la risa esta muy bien. Besos Mucha
Eliminarjajajaja pues me alegro que todo esté bien. Me hiciste reír. Besitos.
ResponderEliminarOle! Besos
EliminarTu forma de escribir me encanta Cada momento vas siendo mas vos y vos
ResponderEliminarFascinante lograr eso con palabras
que la vida nos siga dando ...vivir siempre mejor y mejor
Con qué delicadeza, chica, nos hablas de tus cosas. Estas historias, así, tan bien contadas, tienen el triple regalo de un Kinder Sorpresa: entretienen, alimentan el espíritu y el conocimiento, y traen una sorpresa, si no varias. Abrazos...
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