Hélice doble

El ocho acostado
Ese infinito perezoso que no llega, la luna en blanco y los mosquitos a la luz de mi lámpara.
Una hormiga ha venido a visitarme trepando por la pantalla del ordenador. La he mandado a buscarte por ver si te ve llegar.
Me incomoda no oírte. Un poco como si fueras mío, como si no supiera que eres del pino donde habitas, que sales a cazar cuando llega la noche.
Hace casi fresco. El agua y  Mica suenan de fondo. Está feliz de estar al aire libre, le ladra al viento, a las motos que pasan, a cada perro de los vecinos... 
Te oigo ulular, alejarte. A veces me acompaña el roce de hojas de la glicinia y de los plataneros de la calle.
El ocho acostado , ese infinito que se abre en la noche.


Comentarios

Entradas populares