La serrana cazadora

La serrana cazadora
lleva la bandola llena
de conejos y perdices
de tórtolas y halagüeñas

Ahí empieza la historia tal como la cantaba la tata Carmen. Recuerdo estar oyéndola mientras planchaba, de la mano de  mi hermana Teresa, un año mayor que yo, cuatro y cinco años, no creo que más. La adrenalina subiendo y sin poder despegarnos de allí por la atracción del miedo, por no dejar al serranillo solo con aquella devoradora de hombres, por saberlo salvo.

 ...Al entrar en la cabaña
       el serrano, ¡qué sorpresa!,
        al resplandor de las llamas
        ve un montón de calaveras.
        —¿De quiénes son estos huesos,
        cúyas estas calaveras?
        —Son de hombres que he matado
        pa
 que no me descubrieran.
   —Bebe, serranillo, bebe
        bebe de esta calavera,
    que con esa treinta y nueve
    y con la tuya cuarenta.

Y cuando acababa pedíamos confirmación de que aquello era mentira.
-No que hay gente muy mala que se lleva a los niños.
- Otra vez tata. -Y en mi imaginación veía la cabaña con la sola luz de unas llamas. Los huesos en ristre encima de la repisa de la cocina campera, a la serrana con su pelo tan largo sacando de la bandolera los conejos y las perdices ya degollados, el ambiente oscurecido por el humo, los ojos del niño secuestrado buscando la puerta, el miedo hasta los tuétanos hasta el amanecer,  momento en que el serranillo se escapa dejándose la montera. La valentía del zagal que le dice que no va a volver a recogerla aunque sea de paño fino, mientras corre a todo correr. (Yo no entendía lo de que:
Si buena cena me dió 
muy mejor cama me diera
más que un mozo de buen ver  en mi imaginación había un niño de unos siete u ocho años) 

Hoy, rebuscando en la red he descubierto que hay muchas versiones del romance. No sé dónde lo aprendió la tata, que era de Palma del Río, ya que el romance parece originario de Extremadura. Leyéndolo no sé ni cómo nos dejaban escucharlo. Aún hoy me sorprende la fascinación que sentimos ante el peligro, el vértigo que soportamos con tal de llegar a una historia bien resuelta.

http://www.culturaspopulares.org/textos4/articulos/gonzalezt.htm

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