La lista de los perdidos

Un grupo de niños se arremolinaba junto al tablón. Se habían subido en el banco porque su escasa estatura dejaba la lista muy alta y se hacía incómodo buscar en ella. Uno de los más pequeños escuchaba atentamente, quizás no supiera leer.

...de pelo rubio y ondulado. Nariz respingona, labios bien delineados, ojos castaños y expresivos. De unos diez años...
-Ese no puedo ser yo entonces. A ver el siguiente - dijo desinflándose un poco.

Se busca niña de unos tres años. Pelo castaño ceniciento, ojos oscuros, boca risueña. La última vez que se la vio llevaba coleta, falda de cuadros, camisa de jaretas y sandalias blancas. Sus desesperados padres y hermanos la buscan sin consuelo desde que desapareció en la feria...Responde al nombre de Comi (de Cominito, porque es muy menudita), o de María Fernanda.

Perdido niño de  cuatro años de edad. Pelo rizado y oscuro. Ojos verdes. Boca de piñón, Mofletes pellizcables...
-¿Pero a quien se le ocurre decir eso de su hijo?-
Algunos se reían, otros buscaban mofletes pellizcables entre los más pequeños para hacer lo propio...

- ¡Callaos o largaos a jugar a otro sitio, que me desconcentro!- No se fue nadie pero el murmullo y las risas siguieron unos minutos.

Pedro, vuelve a casa. Nadie está enfadado contigo. Es solo que estamos tristes porque nos gustaría que las cosas fueran de otra manera.

- ¡Estos por lo menos saben que leemos la lista!
- ¿No dice nada más? Yo no me acuerdo como me llamaban en casa.
- Pues entonces no eres tú. Un anuncio así sólo lo pone una familia que acaba de ver salir a su hijo disgustado por algo que les acaba de pasar

Busco niña o niño que no sea pestiño. 
Que coma verdura, pollo con patatas,
salchichón,  potajes, y rica ensalada,
pan con chocolate, leche y colacao,
peras,  mandarinas, algún mantecao...
Que cante y que baile o que lea cuentos. 
Que busque a sus amigos, y que juegue al viento. 
Que se lave los dientes, que se peine y se bañe,
que estudie lo necesario,
que aprenda lo importante,
que viva contento y encuentre quien lo ame.

-¡Te lo estás inventando!
- No, no. Eso es lo que pone aquí.
- ¿Entonces puede ir cualquiera?
- Eso parece Pringao.
- ¿Y dónde es? ¿No pone dónde hay que ir? Me gustaría ver el sitio primero, por si acaso.
- Pareces nuevo. Tienes que entrar en la oficina y decir: Vengo por lo del anuncio. Y entonces ellos te llevan.
-¿Y si luego no me gusta y no sé volver?
- Pues te pierdes otra vez y le preguntas a un guardia que dónde sale la lista de los perdidos.

El Pringao se fue al parque y se acurrucó en el hueco de su árbol. No era muy cómodo pero le recordaba a algo que le proporcionaba seguridad. Antes de dormirse pensó que, después de todo, tener una familia no debía ser tan malo.

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