píldoras de colores

Píldora 1: Mercedes se revela


Su tía  pidió que le pintaran la casa donde había pasado un invierno. Era una casa  semiadosada,  con un pequeño jardín en la parte de atrás. La fachada no decía gran cosa aparte de dar pistas  sobre su ubicación en un pueblo escocés. Cuando intentó pintarla nada hablaba de la luz que entraba a empujones por las grandes ventanas victorianas llenándolo todo,  ni de  la calidez de la cocina donde planearon salidas o invitaciones, ni de la delicadeza del rosal que había junto a la puerta dando la bienvenida, ni de la intimidad del jardín en la parte de atrás o de las habitaciones de la planta alta. Lo intentó varias veces pero nada le llegaba a satisfacer. Se aproximaba la Navidad y su tía llegaría con la pregunta de los dos últimos años:
-¿Me habéis hecho ya el cuadro?
Por suerte Margarita no había suspendido las clases de pintura.
-Esto tengo que acabarlo hoy-  le dijo. Se había llevado las dos fotos que tenía de la casa. Una de Google Earth, otra de cuando fueron a ver a su hija.
Mientras hacía un bosquejo de la casa les contó lo bien que lo pasó allí cuando su prima les invitó a pasar unos días.
- Esto así no me dice nada- comentó cuando lo tuvo terminado
-¿Y si haces un collage? Podrías recortar la casa...
- Y así le quito el pedazo de furgoneta que sale en la foto...
Cuando la pegó sobre el papel de acuarela y empezó a completar con colores el cielo y las plantas que la rodeaban, Mercedes que suele ser reservada de lo que se centra en su trabajo,  vio cómo podía seguir y se atrevió a decirlo. A Margarita le gustó la propuesta y se atrevió a proponer más materiales. En los últimos veinte minutos de la clase se pudieron ver sobre esas tres cabezas, sus pinturas y sus pinceles unas líneas de luz y de color que las enlazaban como en un juego de comba. Algo de esa calidez, de esa diversión compartida quedó reflejada, dando al conjunto la acogida de la luz, la bienvenida del rosal, la alegría de haberla compartido.







Píldora 2:  Como el pegamento del post-it


...Yo no tuve en mi infancia nadie superdotado alrededor. No me ofrecieron una visión inteligente.
- No creo que hagan falta superdotados sino personas que entiendan la vida.
- ¡Que tiendan a la vida! ¡Muy bueno!
- (¿Qué ha dicho?)- Pensando - (¿Lo he oído bien?)
- ¡Que tiendan a la vida...! Sí, eso es, por eso yo comunico vida, porque tiendo a la vida
- ( ¡Ha oído tienda en vez de entienda!, ...pero no me quiero perder este descubrimiento, shhhh)



Píldora 3: Las amigas

Prepararon el regalo para llevarlo a su casa. Una tarde y media de risas y trabajo digital. No perdonaron ni la cabalgata. Para llevarlo, felicitarla en persona, se disfrazaron de Reyes Magos, La coincidencia de la fecha se prestaba a la broma. Luego, la sorpresa, con la complicidad de la madre que las coló en su habitación cuando ella aún no había llegado.
Lo mejor es oírlas hablar, se dicen lo que les gusta y les molesta de cada una de ellas con la misma simpatía y lo aceptan muertas de risa, sabiéndose queridas.

- ¡Yo no duermo contigo más! En la playa, con todo el calor y tú encima todo el rato
- ¡Si es que me iba para el hoyo!.
- ¿Y la pierna también?
- ¡Es verdad!- dice una tercera, -¡ Con el calor que hacía y tú dando abrazos  sin parar!
- Para colmo el colchón era inflable y se había pinchado. Ella con una pierna encima y a media noche empiezo a notar otra cosa dura por la espalda, y es que estábamos ya en el suelo. Y yo desesperada ya. ¡Que no vuelvo a dormir contigo!
-Bless you!- dice una cuarta entre risas ¿la acababa de bendecir por decir aquello?
- Yes, absolutely!- Contesta otra
La segunda madre no paraba de reír. ¡Qué chiquillas! Blessed them all.

Píldora 4. El presentador

A dos días de la fiesta de navidad llega el guión de la fiesta. La profesora de 6º se niega a que sus niños pierdan más tiempos con ensayos. Han salido ya varias veces a tocar la flauta en el villancico de 4º, vuelven haciendo ruido, interrumpiendo la clase, exigiendo que se les diga por dónde van, ...
-¡Que no hacen de presentadores este año, que ya no les da tiempo de ensayar!
-Ya lo han ensayado conmigo
- Que no puede ser, que vuelven haciendo mucho ruido
-No pasa nada, ya buscaré yo a alguien. Gracias de todas formas.

- Necesito un niño que lea bien, los de sexto no van a salir- comenta en el corrillo del recreo.
-¿En tu clase hay alguno que lea bien?- le pregunta la responsable del guión a la profe de 3º
- Youssef lee bastante bien.
- ¿Te importa que hable con él cinco minutos, a ver si quiere presentar conmigo?
- No, claro, a ver si le convences

Youssef es guapo por dentro y por fuera. Tiene una sonrisa francamente bonita que le llega a los ojos, a todos nos gusta.
La propuesta es hacer una presentación en forma de diálogo, en la que se introduce el contenido de los villancicos de forma muy sucinta para darle un poco de consistencia a la fiesta. La seño deja que Youssef decida dónde interviene él en ese diálogo.
Lo que se pudo ver, dicen los que lo vieron, fue que estuvo fluído, casi natural. Lo que yo pude sentir fue una corriente de confianza entre el niño y la maestra que les permitió hasta reírse de alguna equivocación y demostrarse el afecto que se sienten.


Píldora 5.

¡¡¡Me voy a Brasil!!!! A Sao Félix do Araguia, Mato Grosso. ¡Me toca!


Píldora 6: El nevus del abuelo

- Hay que quitarlo- dijo muy serio el dermatólogo.- Está ulcerado y puede empezar a crecer rápido. ¡Se puede quedar sin nariz!

El día de antes de la intervención el abuelo estaba muy nervioso. Se tenía que levantar más temprano y no paraba de preguntar que a qué hora tenían que estar en el hospital. Lo habían citado a las 8:15 pero el celador no lo recogió hasta la media.
Cuando ya se lo llevaban nos dice,
-Si tardo más de media hora en volver entrad a pegarles.
Antes que él, salió el médico
- ¡Familiares de Tomás Millán!
-Yo soy su hija.
-¿Tu padre está muy sordo?
-Sí, sí, prácticamente no oye nada.
- Es que ya me estaba asustando, le estaba hablando y ni me miraba. Ha salido todo muy bien, que se quede un poquito por aquí antes de volver a casa.
Cuando salió, haciendo muecas como de que no me oigan, y ojos de guasa:
- Para el próximo que se  queden esperando, que yo me voy corriendo si hace falta.-
¡Torero!


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