La ira nunca es buena. Pero es parte de la vida como son los celos las venganzas,las envidias .Tratemos de no devolver con la misma moneda Me encantas vos y tus escritos
Pues ayer tuve yo un "pico" de ira, mira tú por donde me veo reflejado... jajajajjajaja...
Pero lo bajé al poco tras volver las aguas a su cauce.
¿Su causa? Posiblemente de ambas partes. El técnico de la caldera de gas que la había dejado a punto el día anterior, el hecho de que al día siguiente ya no funcionase, le llamase para explicarle la situación... Se ofreció a venir a comprobarla, advirtiéndome antes que podría provenir el fallo de no llegar bien el gas a la misma, aún así vino. ¡Y comprobó que él tenía razón en lo del gas!
Entonces se "creció" en lo de haber tenido que abandonar su trabajo para venir a "comprobar" lo mío... Cosa que le agradecí una y otra vez. Tantas como el no dejaba de insistir en su "razón".
Así llegamos hasta el ascensor, intentaba irse dejándome con la palabra en la boca, tuve que entrar con él jajajajajaajja... Y ahí, no sé si por el reducido espacio entre ambos, apareció el señalado ""pico"..., por ambas partes!
He de señalar que para resolver satisfactoriamente el problema del gas, caldera, contador, etc., fue preciso que viniesen esa misma mañana otros dos técnicos de las otras compañías intervinientes también el día anterior, para solucionar el tema. Estos tuvieron el comportamiento lógico que se espera de quien ha estado haciendo un trabajo y "parece" que no ha quedado bien.
¡Ayns, qué malo quedarse sin calefacción (o sin agua caliente) antes del cuarenta de mayo! Me alegro que al final hayan quedado arregladas la calefacción y sus secuelas. Me has hecho sonreír con el momento entrada al ascensor. Un abrazo Ernesto.
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ResponderEliminarIntentando corregir lo que había escrito he borrado tu comentario...decías que la ira nos ciega. Yo también lo creo, mientras la vivimos. pero...
EliminarY sin embargo saca a la luz mucho de nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos Alís
La ira nunca es buena. Pero es parte de la vida como son los celos las venganzas,las envidias .Tratemos de no devolver con la misma moneda
ResponderEliminarMe encantas vos y tus escritos
Tú si que eres guapa!!
EliminarSiempre me ha dado miedo la ira
ResponderEliminarUn abrazo!
Hay que saber controlar las emociones negativas.
ResponderEliminarUn beso.
La vida es caminar trepada adonde puedas ,cansada ,enojada ,sarcastica amando asi somos asi eres unica vos
ResponderEliminarAsí. Me encanta que vengas por aquí. Un abrazo.
EliminarPues ayer tuve yo un "pico" de ira, mira tú por donde me veo reflejado... jajajajjajaja...
ResponderEliminarPero lo bajé al poco tras volver las aguas a su cauce.
¿Su causa? Posiblemente de ambas partes. El técnico de la caldera de gas que la había dejado a punto el día anterior, el hecho de que al día siguiente ya no funcionase, le llamase para explicarle la situación... Se ofreció a venir a comprobarla, advirtiéndome antes que podría provenir el fallo de no llegar bien el gas a la misma, aún así vino. ¡Y comprobó que él tenía razón en lo del gas!
Entonces se "creció" en lo de haber tenido que abandonar su trabajo para venir a "comprobar" lo mío... Cosa que le agradecí una y otra vez. Tantas como el no dejaba de insistir en su "razón".
Así llegamos hasta el ascensor, intentaba irse dejándome con la palabra en la boca, tuve que entrar con él jajajajajaajja... Y ahí, no sé si por el reducido espacio entre ambos, apareció el señalado ""pico"..., por ambas partes!
He de señalar que para resolver satisfactoriamente el problema del gas, caldera, contador, etc., fue preciso que viniesen esa misma mañana otros dos técnicos de las otras compañías intervinientes también el día anterior, para solucionar el tema. Estos tuvieron el comportamiento lógico que se espera de quien ha estado haciendo un trabajo y "parece" que no ha quedado bien.
Todos tan amigos al final!!
Abrazos Loles.
¡Ayns, qué malo quedarse sin calefacción (o sin agua caliente) antes del cuarenta de mayo!
EliminarMe alegro que al final hayan quedado arregladas la calefacción y sus secuelas. Me has hecho sonreír con el momento entrada al ascensor. Un abrazo Ernesto.