Por detrás del tiempo

No sé cómo he llegado aquí, tampoco cuánto llevo. No sé cómo se mide el tiempo detrás del reloj. No sé por dónde se vuelve a la historia, al tiempo en el que vivía. Sólo sé que caí de este lado, como accidentalmente.
¡Eso es! ¡No fue accidentalmente sino por el accidente! ¡El terremoto! Una grieta en las vías del tren. Caí rodando al salir por la puerta de emergencia. 
Todo oscuro, cayendo, cayendo sin parar hasta que volví a la luz, al reverso de todas las cosas. No tengo sombra aquí. Más bien mi cuerpo desprende una luz que se derrama por todos sitios con el único fin de iluminar lo que me rodea, sin proyectarme sobre nada.
Veo pasar las personas sumidas en sus preocupaciones, o despidiendo cariñosos a los suyos. Los veo ir y volver cambiando de atuendo cada nueva estación. Yo sigo llevando lo mismo que el día en que llegué. No sé si duermo, si de alguna manera me alimento.
La vida pasa detrás de la esfera del reloj que tengo por ventana. Quisiera gritar a los viandantes:
-¡Estoy aquí! 
Otras veces quisiera advertir de lo que veo: 
- ¡Te quiere! 
- ¡No te quiere!
-  ¡No ve las cosas como tú! No le juzgues.
- ¡Lo vas a conseguir!
- ¡Volverás muy pronto y te estarán esperando!
- Te deseo una vida mejor
- Te estás equivocando
- ¡Llévame contigo!- pero no sabría cómo hacerlo sin asustarles. 

¿Vendrás a verme? Aquí te espero.

Comentarios

  1. Claro que iré... Y, tal vez, regresemos juntos... ¡No es difícil!

    Abrazo Loles. Siempre tan tú.

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  2. ¡Te voy a tener que querer gratis! ¡Claro que sí, aquí te espero! Un abrazo Ernesto.

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