Débora

Un día, cansada de que no le entendieran, se lanzó a escribir una proclama con lo que ella consideraba sus máximas y los mínimos que creía razonables para vivir medianamente bien.
1. No vayas  en contra de tí misma 
2. No hagas sufrir a tus seres queridos por placer, es decir, para quedarte por encima: yo llevo razón con lo lista que soy.
3. No esperes lo imposible
4. 
Cuando escribió el número cuatro se dio cuenta de que todo lo estaba escribiendo en negativo. Deb  se percató que eso mismo iba en contra de una de sus máximas: "sé positivo". Oprimió la tecla de delete y comenzó de nuevo.

1. Ve a favor de tus deseos más íntimos.

Se quedó mirando lo que acababa de escribir.
-Siendo honesta- se dijo- mejor que no. Hay veces que estrangularía a alguno. No son muchos, pero alguno me saca de quicio. Algunos sólo lo hacen momentáneamente pero a otros es que los tengo atragantados. Menos mal que en mi trabajo los momentos que compensan son mucho más intensos que los que te desbaratan.- Y casi sin querer se le escapó un suspiro.- Lo reformularé:

1. Ve a favor de tus deseos más constructivos.  - mucho mejor ,dijo al releerlo, y respiró aliviada.
2. Subraya el lado positivo de la vida y, cuando no lo encuentres a priori, búscalo.
3. Las pataletas infundadas para cada uno, que los demás bastante tenemos con aguantarnos a nosotros mismos.
4. Arroja sobre los demás la misma mirada que arrojas para tí
5. Sé benevolente, y si no puedes, mejor te callas.


Al leerlo le dio un poco de urticaria. No iba a poder derrochar mala leche ni para asustar. Joder. Con lo que empodera que te teman. Es verdad que cuando te tienen miedo no se te acercan con espontaneidad ni alegría , que te buscan  personas ansiosas de poder con todos sus peligros,  pero el morbo de sentirse poderoso es tan atractivo... Lo que no se imaginaba era cómo iba a  someter a los demás entonces, qué haría para que reconocieran su atractivo irresistible sin rechistar. ¿Cómo hacer que se volvieran locos por tí y que además no te pusieran nunca en entredicho?

Aquí Deb se hacía un lío. Quería sentirse cerca de los otros, pero a la vez ser  tan pluscuamperfecta, tan incuestionable como un dios, (inalcanzable entonces como él). Qué incómodo le resultaba que los otros quisieran hacer lo que a ella no le apetecía, qué banal, qué aburrido. Qué extraño que se esforzaran tanto por seducir. ¿Acaso no era eso algo natural, fluido, que brotaba al ver la bondad de los otros? Uf, ¿la bondad?
-Te estás yendo por los cerros de Úbeda Deb. Céntrate - se dijo a sí misma.

6. Haz lo que tengas que hacer, es decir, lo que creas que más ayuda al funcionamiento armónico de tu entorno. 
-No sé si matizarlo-pensó- porque a veces lo del funcionamiento armónico se complica mucho con las normas de etiqueta social.  
A Deb se le vinieron la cantidad de platitos, cubiertos, tazas, servilletas, jarras, botes de mermelada, variedad de bollería...que habían sido  necesarios durante su infancia para que una merienda de adultos fuera  armoniosa y sencilla.  Después, mucho más adelante, la de iguales que escurrían el bulto por pura comodidad sobrecargando a los enamorados de la armonía. Así que añadió:

6. Haz lo que tengas que hacer, es decir, lo que creas que más ayuda al funcionamiento armónico de tu entorno. Pero sólo haz lo que te corresponda.


-¡Ay Dios! ¿Y quien será el que determine lo que te corresponde? ¿La costumbre? ¿La legislación? ¿Tu conciencia?- Señor, esto no hay quien lo acabe, ¿Acaso la conciencia no está influida por la educación que recibiste, la época en que naciste, la cultura que mamaste y que todo eso se está continuamente revisando porque a lo largo de la historia no hay momento que nos deje contentos?


7. No le hagas ni puto caso a todo esto e intenta ser feliz sin fastidiarme. 

Ahora Deb pensó que le faltaba menos. Que con un poco de suerte conseguía un decálogo de la buena vida y se haría famosa. 
-Esfuérzate un poco. No seas vaga.

8. Para ser feliz intenta conocerte bien.
9. Para que no te tomen el pelo, conoce bien a los otros. (Para poder amarlos también es necesario, pero eso sólo pasa mucho después)
10. Haz caso a lo que sientes.

Se volvió a atrancar. ¿Y si lo que sientes te lleva  a cargarte a ese que tanto te fastidia? Lo tachó y pensó hasta que ya no pudo más y escribió:

10. No seas mema, esto no es un videojuego, no vas a tener tres vidas. Ponte las pilas ya.

Ahora sí. Sacó su boli bueno y firmó: 

                                                                                                                           Deb Ería

Comentarios

  1. jajajajajajajaja...

    Deb Ería

    jajajajajjajajjaaja...

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  2. Lo mejor leído por estos lares en mucho tiempo jajajjajjaajjaaja...

    Abrazos Loles.

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